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Actualizado: viernes, 13 enero 2017 15:29

Gardner admite que la transición está siendo "más difícil" que precedentes

BRUSELAS, 13 (EUROPA PRESS)

El embajador saliente de Estados Unidos ante la UE, Tony Gardner, ha reclamado este viernes a la próxima administración que liderará Donald Trump que "no sea el cheerleader del Brexit" porque la fragmentación de la Unión Europea perjudicará a las empresas estadounidenses y ha pedido no abandonar la política de los últimos 50 años de apoyo a la integración europea.

"No debemos abandonar la política de los últimos 50 años respecto a la UE y no debemos convertirnos en cheerleaders del Brexit", ha reclamado el todavía embajador estadounidense en su último encuentro con la prensa antes de abandonar el 20 de enero el cargo.

"Esto será a mi juicio absolutamente una locura. Las empresas estadounidenses entienden esto muy bien", ha defendido Gardner, que ha subrayado la importancia de preservar el mercado interior para las empresas estadounidenses y los beneficios de la integración europea "por motivos políticos, económicos e incluso de seguridad" para Estados Unidos.

"Un Brexit duro o una fragmentación del mercado europeo serían muy malas noticias para las empresas estadounidenses. Ellos lo han entendido", ha remachado, recalcando que "el Brexit parece más probable que sea duro, desordenado y sin control".

Gardner ha considerado "desafortunado" las "indicaciones de que Nigel Farage tiene cierta influencia en el nuevo equipo" y ha admitido que el exlíder de UKIP, que le ha escrito para pedirle reunirse, "no es una voz representativa" y tiene ideas "diametralmente opuestas" a él.

"Pensar que apoyando la fragmentación de Europa nosotros avanzamos nuestros propios intereses es mera locura. Es algo lunático", ha remachado, dejando claro que "la UE no está a punto de resquebrajarse" como "algunos" creen.

"Me ha sorprendido que en varias de las llamadas entre la Administración entrante y la UE, la primera pregunta que se hace es qué país va a salir después de Reino Unido", ha admitido, admitiendo que "la idea percibida de algunos es que 2017 es el año en el que la UE se va a resquebrajar" entre el nuevo equipo. "Espero que Nigel Farage no sea la única voz que está siendo escuchada", ha confiado.

Gardner ha admitido tener "una larga lista de preocupaciones" respecto a la Administración entrante, la "primera" la "tentación" de "perseguir una relación bilateral" exclusiva con los "mejores amigos percibidos" de Estados Unidos "como Reino Unido o Alemania e ignorar a las instituciones de la UE bajo la falsa asunción, que pueda tener algunos de que la UE es un grupo de países disfuncional" que no aporta "nada particular a Estados Unidos". "Sería un enfoque completamente equivocado", ha dicho.

Al ser preguntado por cómo la UE puede influir en la próxima Administración, Gardner ha asegurado que "la canciller alemana, Angela Merkel, tiene influencia" y ha confiado en que "pase el mensaje al nuevo equipo de que no piensen en dividir a la UE" y "no juegue a poner a un país en contra del otro" y defienda la importancia de "la integridad y la cohesión de la UE".

NO REDUCIR SANCIONES A RUSIA TRAS CIBERATAQUES

El embajador estadounidense saliente ha subrayado la buena cooperación entre la Administración de Barack Obama y la UE para mantener las sanciones contra Rusia por la crisis en Ucrania y ha dejado claro que "sería inconcebible y vergonzoso si se considerara relajar las sanciones contra Rusia". "Especialmente tras lo que ha emergido recientemente en términos de las acciones rusas hoy reconocidas para interferir y entrometerse en nuestro sistema político interno y campaña", ha remachado.

Al ser preguntado si se siente más tranquilizado después de ver que algunos de los cargos propuestos por Trump, como el nominado para el Pentágono, general retirado James Mattis, o Mike Pompeo al frente de la CIA se han alejado de la postura de Trump en relación a Rusia, Gardner ha confiado en que la nueva Administración se base en "hechos". "La realidad tiene una forma de entrometerse (...) Creo que la realidad se entrometerá", ha dicho.

AFEA EL TRATO DE TRUMP A LA PRENSA

También ha criticado el trato del presidente electo, Donald Trump, hacia la prensa, preguntado por su valoración del incidente en su primera rueda, en la que impidió una pregunta de la CNN por difundir "notificas falsas", en alusión al polémico informe que apunta a que Rusia tiene información comprometedora sobre él.

"¿Cómo se puede tratar a la prensa así? En cualquier país", ha dicho, al tiempo que ha reconocido que irá en el futuro irá a programas de la televisión a exponer sus ideas "desde el respeto" como el de Richard Quest de la CNN o Hardtalk de la BBC.

También ha defendido que "Estados Unidos es un país de inmigrantes y debe seguir siéndolo. Y no hable de expulsar a los extranjeros o construir muros", ha apostillado.

BALANCE

Haciendo balance en su último cargo en Bruselas, que asumió en febrero de 2014, Gardner, que regresará a vivir a Londres donde está afincada su familia desde hace 14 años, ha admitido que lo que "más" lamenta es no haber avanzado más en las negociaciones del acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos aunque ha confiado en que "partes" del acuerdo se puedan continuar y ha defendido el trabajo hecho por la Embajada desde que llegó para "restablecer la confianza" con la UE tras el escándalo del espionaje de la NSA. A modo de anécdota, ha recordado un anuncio que vio nada más llegar a Bruselas de cerveza. "Calsberg, no hackeada por la NSA desde 1847".

Gardner ha reconocido que ésta está siendo una transición "más difícil" que anteriores y ha afeado a la nueva Administración de Trump que no haya dado un periodo razonable a los embajadores actuales que no son de carrera -cuyo cese fulminante a partir del 20 de enero se les comunicó vía un telegrama general el 23 de diciembre-- para organizar la mudanza, recordando además que "muchos" tienen hijos escolarizados, algo que no ha ocurrido en el caso de Administraciones precedentes, incluido cuando su padre, Richard Gardner, que fue embajador estadounidense en Madrid entre 1993 y 1997, dejó la legación con la llegada a la nueva administración de Bush.

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