NUEVA YORK, 1 Feb. (Reuters/EP) -
El embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Jaafari, ha acusado a las potencias occidentales de adoptar posturas propias del colonialismo con sus constantes críticas a la forma en que el Gobierno de Bashar al Assad ha reprimido las manifestaciones ciudadanas.
En el marco de las discusiones en la ONU sobre una posible resolución de condena contra Damasco, Jaafari ha negado cualquier responsabilidad de su Gobierno en la crisis que atraviesa el país. En cambio, ha acusado a Estados Unidos y sus aliados occidentales de tratar de conquistar un nuevo territorio con sus posiciones, ya que según ha dicho desean "volver al colonialismo y la hegemonía".
El texto puesto sobre la mesa en el Consejo de Seguridad de la ONU supone un respaldo a la iniciativa árabe para Siria y, ante las suspicacias de países como Rusia, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elaraby, ha optado por defenderlo en persona. El máximo responsable de la Liga ha subrayado la necesidad de que se adopte una "acción rápida y decidida".
"La maquina de matar sigue funcionando", ha alertado, por su parte, el primer ministro qatarí, Hamad bin Jassim al Thani, quien ha aclarado que con estos mensajes no están defendiendo una intervención militar en Siria. "Estamos abogando por una presión económica concreta para que el régimen sirio pueda darse cuenta de que tiene que cumplir las demandas de su población", ha añadido.
El primer ministro de Qatar ha apuntado que tampoco les corresponde hablar sobre qué pasará "después de que el régimen cambie". Entonces, "dependerá del pueblo sirio decidir", ha apostillado.
Ambos comparecientes han culpado de la violencia en Siria al Gobierno, a diferencia de un texto planteado previamente por Rusia que repartía cargas entre las autoridades y la oposición. Sobre esta cuestión, Elaraby ha declarado que la oposición se levantó en armas por el "uso excesivo de la fuerza" con la que el régimen respondió a las manifestaciones pacíficas.
ESPIRAL DE VIOLENCIA
Por su parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha denunciado que "las fuerzas de Al Assad están iniciando casi todos los ataques en los que mueren civiles", algo que, a su juicio, "está claro".
"Ahora que más ciudadanos cogen las armas para resistir a la brutalidad del régimen, la violencia está creciendo hasta una espiral fuera de control", ha lamentado en unas declaraciones ante el Consejo de Seguridad.
La jefa de la diplomacia norteamericana, que teme una posible guerra civil en Siria, ha urgido a los 15 países representados en el principal órgano de toma de decisiones de la ONU a respaldar el plan de la Liga Árabe. Entre las premisas de esta propuesta figura la petición para que Al Assad ceda el poder a su 'número dos' y que éste convoque elecciones.
"Tenemos una opción: ponernos del lado del pueblo de Siria y la región o ser cómplices de la continuada violencia", ha agregado Clinton.
El ministro de Exteriores de Reino Unido, William Hague, ha coincidido con su homólogo francés, Alain Juppé, en subrayar ante el Consejo que las potencias no quieren una intervención militar como la ocurrida en libia. Hague ha asegurado que la resolución debatida "no llama a la acción militar y no podría ser usada para autorizarla", mientras que Juppé ha calificado de mito esta hipotética intervención.