MADRID, 11 May. (EDIZIONES) -
Una sencilla escultura de bronce de un príncipe otomano se está convirtiendo en una de las obras más fotografiadas en Turquía, con cientos de ciudadanos difundiendo en redes sociales imágenes en las que acompañan al inmóvil protagonista imitando su particular gesto, un brazo extendido para hacerse un 'selfie' con un móvil inteligente.
La inverosimil escultura del príncipe otomano se ha convertido en la principal atracción para los turistas de Amasya, una localidad turca a orillas del Mar Negro, donde cientos de turcos y foráneos han decidido posar junto al protagonista con el río Yesilirmak al fondo.
Durante la época otomana, Asmasya fue una de las ciudades a las que los sultanes enviaban su jóvenes hijos, que eran conocidos como 'sehzade' y debían aprender cómo gobernar. El vicealcalde de Amasya, Osman Akbas, ha dicho que la obra no representa a ningún 'sehzade'. "La hemos construido con propósito puramente visual. Pensamos que llamaría la atención", ha explicado, según informa la agencia de noticias Dogan.
La estatua, de hecho, ha atraído a cientos de turistas desde que los medios de comunicación informaron de su existencia, ciudadanos que llegan con el objetivo de hacerse un 'selfie' junto al príncipe otomano que también se autoretrata.
"Es de verdad muy bonita. Es diferente", ha afirmado Dilek Tuna, un turista turco de visita en Amasya procedente de la provincia de Çorum, en la Anatolia Central. "No creo que sea una mala idea. Solo es una broma", ha señalado Alí Torun, un estudiante de la Universidad de Amasya.
La idea de la escultura también ha provocado rechazo en algunos ámbitos. El diputado Ramis Topal, miembro del Partido Popular Republicano, ha lamentado la decisión del gobierno local. "Esta es la última inversión de nuestro Gobierno en Amasya: un sehzade haciéndose un selfie. No es una broma", ha afirmado, en un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter.
Tras la publicación de las noticias de la escultura del príncipe otomano haciéndose un 'selfie', varios desconocidos han atacado la obra para quitarle el brazo que sujeta el teléfono inteligente.