Los europeos acuden a las urnas para elegir una Eurocámara en la que rivalizarán europeístas y populistas

Pulse of Europe demonstration in Dresden
Daniel Schäfer/dpa
Actualizado: jueves, 23 mayo 2019 9:54

Elecciones al Parlamento Europeo: qué se elige, cómo y qué pasa después

La paridad en los altos cargos en la UE, una tarea pendiente

Populares y Socialistas europeos perderán su hegemonía y necesitarán a los Liberales para hacer frente a los radicales

BRUSELAS, 22 May. (EUROPA PRESS) -

Los europeos están llamados desde este jueves y hasta el domingo a las urnas para decidir la composición del Parlamento Europeo para los próximos cinco años, en una cita que no solo encara el reto de mejorar la pobre participación de convocatorias anteriores, sino también el de formar mayorías europeístas capaces de resistir la agenda antieuropea de nuevos grupos nacionalistas y populistas que se prevé entren con fuerza al Hemiciclo.

La cita arranca este jueves en Reino Unido y Países Bajos, aunque la mayoría de los países de la UE celebrarán los comicios el domingo. Theresa May, la primera ministra que debió concluir el Brexit en marzo, será sin embargo el primera líder de la UE, junto al neerlandés Mark Rutte, en votar en estas elecciones europeas.

Las encuestas auguran una Eurocámara fuertemente fragmentada, que acabará con la hegemonía de los grandes bloques del Partido Popular Europeo (PPE) y de los Socialistas y Demócratas (S&D) --aunque seguirán siendo las fuerzas más votadas-- y por la entrada de nuevas marcas situadas sobre todo en la extrema derecha y con idearios euroescépticos, nacionalistas y populistas, como el caso del español VOX.

Las proyecciones hacen prever que los representantes de partidos ultras podrían ocupar hasta un tercio de la Eurocámara que se constituirá el 2 de julio, aunque la clave sobre su poder real dependerá de su capacidad para formar un gran bloque con el que hacer valer su peso o si sus diferencias diluirán su presencia en grupos menores.

Un grupo requiere un mínimo de 25 diputados, procedentes de al menos una cuarta parte de los Estados miembros, una tarea que parece a priori difícil de alcanzar para partidos radicales que difieren en asuntos clave de soberanía o migración, por ejemplo.

Impulsados por el ministro de Interior italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini, varios partidos de la derecha radical europea han escenificado ya su entendimiento, incluida la Agrupación Nacional de la francesa Marine Le Pen, el Partido por la Libertad del holandés Geert Wilders, o Alternativa para Alemania (AfD).

Sin embargo, otros como el partido de Santiago Abascal se mantienen al margen. Tampoco el partido ultranacionalista polaco Ley y Justicia (PiS), ni el Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orban, han aclarado sus intenciones, a pesar de las señales de acercamiento que han mostrado con esta corriente.

Los polacos están actualmente en el grupo Conservadores y Reformistas junto con los 'tories' británicos mientras que los eurodiputados de Orban se mantienen en el grupo de los 'populares' en la Eurocámara, aunque el partido PPE ha suspendido a Fidesz por su deriva antieuropea

POSIBLE ALIANZA PROGRESISTA

Ante el avance ultra, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, apela a la necesidad de una alianza progresista capaz de defender el proyecto europeo y que deje atrás la tradicional coalición de conservadores y socialistas que se ha mantenido durante décadas en la Eurocámara. Políticos socialdemócratas como el primer ministro portugués, Antonio Costa, o el ex primer ministro de Italia Matteo Renzi han expresado sintonía con esta idea.

Por ello, se cuenta con que los Liberales europeos (ALDE), que aspiran a recuperar la posición de tercera fuerza que perdieron en esta legislatura que concluye, sean clave en los nuevos equilibrios que se formen y en los que Los Verdes también podrían ganar peso.

Los algo más de 402 millones de europeos que están llamados a las urnas entre el 23 y el 26 de mayo elegirán un nuevo Parlamento que mantendrá los 751 escaños actuales, porque Reino Unido seguirá teniendo representación por no haber cumplido los tiempos previstos para el Brexit.

Si el divorcio se consuma esta legislatura, los eurodiputados británicos serán expulsados automáticamente, el Hemiciclo se reducirá a 705 asientos y se aplicará un nuevo reparto que, en el caso de España, supondrá incorporar cinco nuevos eurodiputados a los 54 que ya le corresponden.

CANDIDATOS A PRESIDIR LA COMISIÓN EUROPEA

Aunque no existen listas transnacionales que permitan a los europeos votar a su candidato preferido sea del Estado miembro que sea, los partidos europeos han hecho campaña con un candidato principal (o 'Spitzenkandidat', en alemán) a presidir la Comisión Europea en relevo del luxemburgués Jean-Claude Juncker.

El alemán del PPE Manfred Weber debería partir como favorito sobre el papel, porque representa al partido más fuerte, pero es poco conocido fuera de Bruselas y suenan otros nombres de más peso en la familia conservadora, como el francés Michel Barnier, actual negociador de la UE para el Brexit.

Le siguen el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Estado de Derecho, el socialdemócrata holandés Frans Timmermans; y la actual comisaria de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager.

Sin embargo, los líderes de la UE han dejado claro que no aceptarán automatismos y que les corresponde a ellos designar los puestos clave de las instituciones, aunque el del jefe del Ejecutivo comunitario tenga que superar luego una votación en el Parlamento.

Por eso, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han previsto ya una cumbre europea extraordinaria apenas 48 horas después de las europeas para empezar a negociar un reparto de cargos que tendrá en cuenta los resultados, pero no necesariamente los respetará.

Además del sucesor de Juncker, hay que nombrar nuevo presidente del Consejo Europeo, nuevo alto representante de Política Exterior así como al presidente del Banco Central Europeo (BCE). En este reparto de votos, en los que el equilibrio norte-sur y antiguos-nuevos miembros es clave así como la familia política del candidato, podría entrar también el presidente de la Eurocámara.

Además, los líderes europeos tienen el compromiso de lograr la paridad en el reparto de cargos, habida cuenta de que en la actualidad solo Federica Mogherini, la jefa de la diplomacia, es mujer, y nunca antes la Comisión Europea ha estado dirigida por una.

En este sentido, son varios los nombres que suenan para ocupar el más alto cargo en la UE, entre ellos los de Verstager, la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, la directora general del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva, así como la presidenta saliente de Lituania, Dalia Grybauskaite. También se menciona a la canciller alemana, Angela Merkel, si bien ella se ha descartado.

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