BUDAPEST, 8 Oct. (Reuters/EP) -
El Gobierno húngaro decidirá la próxima semana si cierra su frontera con Croacia, donde una doble valla "terminada al 99 por ciento" detiene el flujo masivo de inmigrantes a través del país, según ha informado este jueves Janos Lazar, el jefe del gabinete del primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Más de 330.000 inmigrantes han entrado a Hungría en lo que va de 2015, ha explicado Lazar, un flujo al que el Ejecutivo quiere poner fin. Según las autoridades, casi 6.000 inmigrantes pasan diariamente desde la frontera con Croacia y son enviados directamente a Austria.
Por este motivo, el Gobierno húngaro coordina con sus socios del grupo Visegrad --Eslovaquia, Polonia y República Checa-- un paso de control fronterizo para reforzar la región sureste, que a su vez es el límite externo de la zona Schengen.
"La valla detiene claramente a los inmigrantes", ha destacado Lazar. "El cierre de la frontera de seguridad (con Croacia) está terminado al 99 por ciento. El que pongamos en funcionamiento depende de la cooperación internacional y de las conversaciones. Espero que la próxima semana se resuelva este asunto", ha añadido.
Lazar ha afirmado que Hungría "no es indiferente" a las opiniones de Austria y Alemania, a donde se dirigen la gran mayoría de inmigrantes, pero que no deberían bloquear el cierre de la frontera si su Gobierno decide proceder a ello. "Personalmente, creo que (el cierre) es inevitable", ha añadido.
La medida podría causar una nuevo embotellamiento, ya que los inmigrantes tendría que ir más hacia el oeste yendo a Eslovenia y así alcanzar Austria o entrar por Rumanía. "El Gobierno también planea cerrar la frontera rumana, si es necesario", ha advertido Lazar.
Hungría ha tenido problemas para hacer frente a la mayor ola de inmigrantes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y, a pesar de las críticas de sus socios internacionales, también ha construido una valla a lo largo de su frontera con Serbia, lo cual ha hecho que el flujo de inmigrantes a través de este país caiga de forma abrupta. Esto ha provocado que los inmigrantes se dirijan a Croacia, desde donde han llegado a Hungría en trenes y autobuses, desatando una crisis diplomática entre Zagreb y Budapest.
