Irán.- Mottaki dice que Irán podría comprar uranio enriquecido en el extranjero o aceptar la propuesta de la AIEA

Actualizado: lunes, 26 octubre 2009 15:49

MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki, afirmó este lunes que Irán está estudiando la propuesta que le ha hecho la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) de enviar su uranio poco enriquecido (LEU, por sus siglas en inglés) al extranjero para continuar allí con el proceso de enriquecimiento y que podría elegir esta opción o bien comprar directamente el uranio enriquecido a otro u otros países.

"Irán produce uranio enriquecido al 5 por ciento para sus centrales nucleares, pero los reactores de investigación de Teherán requieren de un combustible nuclear (enriquecido) al 20 por ciento, así que manifestamos esta necesidad a la Agencia Internacional de la Energía Atómica y la AIEA anunció nuestra necesidad de suministradores nucleares", explicó a los medios de comunicación en la capital iraní.

"Para el suministro de combustible nuclear, podemos comprarlo, como hacíamos antes, o podemos enviar una parte del uranio de bajo enriquecimiento que ahora no necesitamos", dijo Mottaki, citado por la agencia de noticias ILNA. "Ambas opciones están sobre la mesa", añadió.

El ministro de Exteriores indicó que Irán anunciará su decisión al respecto "en los próximos días". "Irán prosigue con sus actividades nucleares pacíficas mientras Teherán revisa el borrador de acuerdo de la AIEA", señaló. Las declaraciones de Mottaki son las más alentadoras que ha hecho un representante de las autoridades iraníes desde las negociaciones que mantuvieron en Viena la semana pasada Irán, Estados Unidos, Rusia y Francia.

Según el proyecto de acuerdo que anunció la AIEA el miércoles pasado, pensado para disipar las sospechas de la comunidad internacional respecto a la posibilidad de que Irán esté tratando de fabricar armas atómicas, Teherán enviaría antes del fin de 2009 aproximadamente un 80 por ciento de las 1,5 toneladas de LEU que posee a Rusia, donde continuaría el proceso de enriquecimiento.

Después Francia se encargaría de transformarlo en planchas de combustible que serían transportadas a Teherán, donde se utilizarían en un reactor nuclear de investigación que produce isótopos radiactivos para su uso en tratamientos contra el cáncer. El papel de Estados Unidos sería actualizar las medidas de seguridad y la instrumentación del reactor, según precisó el embajador iraní ante la AIEA.

IMPLICACIONES DEL ACUERDO

Para Washigton, París y Moscú, el valor del acuerdo que propone la AIEA reside en que retrasaría la capacidad de Irán para fabricar una bomba atómica a partir de sus reservas de LEU, que ahora son suficientes para ello. Si enviase al extranjero el 80 por ciento de las mismas, tardaría un año en reponer sus almacenes hasta alcanzar el nivel actual. Aunque Teherán asegura que sólo persigue fines pacíficos, ni si quiera está cerca de poseer una central nuclear civil que poner en funcionamiento con el LEU que tiene.

Diplomáticos occidentales afirman que la idea de que Irán importe el combustible para su reactor de investigación de Teherán es un imposible, además de una táctica dilatoria, ya que las sanciones que le ha impuesto el Consejo de Seguridad de la ONU prohíben que Irán comercie con productos nucleares susceptibles de ser utilizados para fabricar armas, como el uranio enriquecido.

Aun así, destacados parlamentarios iraníes han opinado que la República Islámica no debería enviar al extranjero parte de sus reservas de LEU porque es un activo estratégico al que no debe renunciar, si bien fuentes oficiales han sugerido en privado que probablemente Irán aceptará la propuesta de la AIEA, aunque no está claro qué proporción de sus reservas aceptaría enviar fuera y cuándo lo haría.

Un analista de Teherán dijo bajo condición de anonimato que el acalorado debate que ha surgido en Irán acerca de la propuesta de la AIEA permitiría al país persa presentar su eventual aceptación del acuerdo como una gran concesión, con la esperanza de que así se reduzca la presión de la comunidad internacional para que renuncie a su programa de enriquecimiento, algo a lo que Teherán se niega.