Los islamistas filipinos se reagrupan gracias al botín obtenido con el saqueo de Marawi

Soldado filipino en la ciudad de Marawi junto a una pintada de Estado Islámico
REUTERS / ROMEO RANOCO
Europa Press Internacional
Publicado: martes, 23 enero 2018 12:06


MARAWI (FILIPINAS), 23 (Reuters/EP)

Los milicianos islamistas que tomaron la ciudad de Marawi, en Mindanao (sur), durante cinco meses hasta que fueron expulsados por las fuerzas filipinas lograron hacerse con un importante botín en dinero en efectivo, joyas y oro que ahora están utilizando para reclutar nuevos combatientes y retomar la ofensiva.

Los milicianos liderados por Isnilon Hapilon, alineados con Estado Islámico, irrumpieron en Marawi el pasado 23 de mayo con el objetivo de convertir esta ciudad en el bastión de la organización terrorista en Filipinas, donde siempre ha habido insurgencia islamista en el sur.

"En los primeros días, cuando todavía no habíamos podido establecer un cordón de seguridad alrededor de la principal zona de batalla, hicieron su mayor botín", ha contado Romeo Brawner, el 'número dos' de la Fuerza de Tarea Conjunta para Marawi, a Reuters.

Los insurgentes se hicieron fuertes en el centro de la ciudad, donde están los principales bancos y comercios, si bien durante esos primeros días pudieron hacer incursiones rápidas en otras zonas para saquear las viviendas de los habitantes más acaudalados.

"Fue en la primera semana. Nos dividieron en tres grupos de siete personas cada uno", ha recordado J.R. Montesa, un obrero cristiano que fue tomado como rehén por los terroristas y obligado a acompañarles en los saqueos para poder transportar el botín.

Algunos objetivos requirieron más esfuerzo. Por ejemplo, para acceder a las cajas fuertes de los tres bancos instalados en Marawi --Landbank, Philippine National Bank y Al Amanah Islamic Bank-- necesitaron explosivos, ha señalado Montesa.

Brawner calcula que en total se hicieron con una fortuna valorada en 2.000 millones de pesos (unos 40 millones de euros). El jefe de Policía de Marawi, Ebra Moxsir, ha explicado que en esos días había más dinero del habitual en la ciudad porque sus vecinos, de mayoría musulmana, se estaba preparando para celebrar el Ramadán.

"Los maranaos (la etnia musulmana dominante en Mindanao) guardan millones de pesos en sus cajas de seguridad, en bancos y casas, también oro, porque es una tradición de los maranaos dar regalos durante el Ramadán", ha apuntado el responsable del cuerpo de seguridad.

UN NUEVO EJÉRCITO

Humam Abdul Najib, alias Abu Dar, el más alto cargo terrorista que sobrevivió a la batalla por Marawi, está utilizando el dinero conseguido estos meses para reclutar a hasta 250 nuevos combatientes y mercenarios con los que poner en marcha una nueva ola de atentados.

Najib habría huido de Marawi en la fase inicial de la ofensiva islamista pero intentó regresar cuando estaba a punto de acabar con entre 50 y 100 combatientes adicionales. Desde entonces, se cree que ha sumado entre 100 y 150. "Así que estimamos que hay 250 en total", ha indicado Brawner.

Entre las incorporaciones hay niños, según ha denunciado. Najib estaría ofreciendo un pago inicial de 70.000 pesos (1.120 euros) y un salario mensual de 30.000 pesos (480 euros) a las familias que entreguen a sus hijos para luchar en una región de Filipinas donde los ingresos de los hogares son la mitad de la renta media de 22.000 pesos (350 euros).

Además, Najib ofrece un plus de hasta 10.000 pesos (160 euros) por cada soldado muerto, lo cual ha incentivado la llegada de mercenarios procedentes de otras partes de Filipinas y de otros países de la región.

Todo esto sin contar con que Najib tiene el favor de muchos habitantes de Marawi por el nivel de destrucción provocado por la campaña de bombardeos de las fuerzas filipinas. "Ese tipo de narrativa está siendo usado para animar a la gente a seguir luchando", ha dicho el experto en seguridad Rommel Banlaoi.

¿UN NUEVO EMIR?

"Definitivamente, no han abandonado la idea de crear un califato en el Sureste Asiático", ha alertado Brawner. "Ese es su principal objetivo, pero mientras tanto están intentando recuperarse y conseguir más combatientes y armas para --según creemos-- lanzar ataques terroristas", ha afirmado.

En este contexto, Najib podría convertirse en el nuevo emir, de acuerdo con los expertos en seguridad. Es un clérigo que estudió en Oriente Próximo y se entrenó en Afganistán y es uno de los fundadores de Jalifa Islamiya Mindanao. "Es una persona muy importante porque ha estado ahí desde el principio", ha apuntado Banlaoi.

Najib tuvo un estrecho contacto con Al Qaeda, hasta el punto de que se ganó el alias 'Al Zarqawi de Filipinas', en alusión al fallecido líder de la organización terrorista en Irak, Abu Musab al Zarqawi. La filial iraquí mutó después en Estado Islámico, al que Najib juró lealtad en 2014.

Banlaoi ha precisado incluso que Najib trabajó estrechamente con Mahmud Ahmad, un miliciano malasio que se cree que habría muerto en Marawi, donde ejerció de enlace entre los rebeldes filipinos y la cúpula de Estado Islámico en Irak y Siria.

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