MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Pakistán, Imran Jan, ha informado este viernes de que "acepta" la decisión del Tribunal Supremo del país, que declaró inconstitucional la disolución del Parlamento, lo que posibilita que la Asamblea Nacional vote la moción de censura en su contra.
"Me entristece el veredicto, pero lo acepto", ha indicado en un discurso a la nación televisado en el que, no obstante, ha indicado que "cree firmemente" que el poder judicial es el "guardián" de la Justicia en el país, según ha recogido el diario paquistaní 'Dawn'.
Sin embargo, el 'premier' ha lamentado que el Tribunal Supremo no haya iniciado una investigación sobre la "conspiración extranjera" que ha denunciado, que tendría como objetivo derrocarle. En este sentido, también ha afeado que el Alto Tribunal no se haya tomado el asunto de la "carta amenazadora" tan en serio como debería.
Además, ha sostenido su postura de que un funcionario estadounidense conocía que iba a someterse a una moción de censura antes de que esta fuera presentada, según ha recogido Geo TV.
La Asamblea Nacional ha publicado durante la jornada su agenda para los próximos días, que contempla que la moción de censura se aborde el sábado a las 10.30 horas (hora local), en línea con la orden del Supremo, que declaró inconstitucional la decisión del Gobierno de disolver el Parlamento después de que el vicepresidente del organismo, Qasim Jan Suri, rechazara someter a votación la moción afirmando que era "contraria a la Constitución".
La disolución del Parlamento fue aprobada por el presidente, Arif Alvi, quien confirmó además a Jan como primer ministro hasta que se eligiera a un sustituto para el periodo interino hasta la celebración de elecciones anticipadas. Asimismo, reclamó a la comisión electoral que presentara posibles fechas.
El propio Jan ha acusado abiertamente a Estados Unidos de orquestar un intento de golpe de Estado a través de la citada moción de censura. Las últimas semanas han estado marcadas por los escándalos de transfugismo y multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del primer ministro, denunciado por la alianza opositora del Movimiento Democrático de Pakistán (MDP) como un títere del poderoso Ejército del país y responsable de un hundimiento económico nacional.
El mandatario y su partido, por contra, se declaran como víctimas de una campaña de persecución. Hasta tal punto ha llegado la situación que el Gobierno paquistaní informó el viernes de que reforzará las medidas de protección en torno a Jan después de que las agencias de seguridad del país identificaran la semana pasada un posible intento de asesinato contra el presidente.
