Actualizado: jueves, 12 octubre 2017 20:22

La cumbre del próximo viernes pedirá no obstante, según borrador, un mayor esfuerzo a Reino Unido

BRUSELAS, 12 Oct. (Reuters/EP) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea pedirán a Londres en la cumbre a 27 del próximo viernes que mejore sus propuestas económicas de cara a su proceso de salida del Eurobloque, aunque se reserva sus conclusiones para diciembre después de que el negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, confirmara un estancamiento en las conversaciones y pidiera margen a los líderes del grupo europeo antes de empezar la segunda fase de la negociación.

Según el borrador de la cumbre del próximo viernes, recogido por Reuters, los 27 han decidido iniciar un papeleo interno para acelerar las conversaciones con la primera ministra británica, Theresa May, de cara a una futura relación.

Entonces, y en la próxima sesión de diciembre, "el Consejo Europeo reevaluará el estado del progreso de las negociaciones para determinar si se ha alcanzado la mejora suficiente", de acuerdo con el borrador. En ese caso, los 27 "adoptarán líneas maestras adicionales en lo que a la futura relación con Reino Unido se refiere".

"Para alcanzar tal escenario", ha añadido el borrador, "el Consejo Europeo invita al negociador (Barnier) para comenzar las discusiones preparatorias internas".

Barnier, que ha comparecido acompañado por el negociador británico, el ministro para el Brexit, David Davis, ha recalcado que no se han dado avances de calado durante esta semana de conversaciones, pero que mantienen la voluntad de lograr un acuerdo.

Con todo, el excomisario francés ha apelado a la voluntad política de las dos partes para salir del punto muerto y lograr los "avances decisivos" de aquí a diciembre que permitan concluir la primera etapa de la negociación, que debe fijar las condiciones del divorcio para asegurar una desconexión "ordenada"

La primera fase de las negociaciones se centra en tres prioridades: derechos de los ciudadanos, compromisos presupuestarios que deberá pagar Reino Unido a su salida y la frontera en el Úlster.

Las partes mantienen "divergencias" en cuestiones que afectan a los derechos de los ciudadanos --como la reagrupación familiar o la posibilidad de "exportar" ayudas sociales tras el Brexit--, según han concedido tanto Barnier como Davis, a pesar de que los contactos han permitido despejar otras dudas y cerrar detalles.

FACTURA, PRINCIPAL ESCOLLO

El escollo fundamental tiene que ver con la llamada "factura" del divorcio, sobre la que Bruselas considera que se está en un "punto muerto", porque el Gobierno británico sigue sin "estar listo para precisar" qué compromisos está dispuesto a cumplir.

"No ha habido negociación (sobre este punto), nos hemos contentado con las discusiones técnicas. Discusiones útiles, pero técnicas. Estamos en un punto muerto extremadamente preocupante", ha zanjado Barnier.

Davis, por su parte, ha afirmado que queda "un largo camino por recorrer", pero ha defendido los esfuerzos para lograr consensos y el avance de las posiciones expuestas por la primera ministra, Theresa May, en su reciente discurso en Florencia (Italia).

Sobre la cuestión financiera --sobre la que May ha dicho que Londres asumirá sus compromisos presupuestarios asumidos hasta 2020, sin ofrecer cifras--, Davis ha subrayado que es un asunto que depende en parte del marco futuro de las relaciones.

Por ello, el británico ha pedido a los líderes de la UE que en su cumbre de la próxima semana den a Michel Barnier "los medos para avanzar", a pesar de las reservas del propio negociador europeo. "Para tener certidumbre hay que hablar del futuro", ha insistido Davis.

Sobre los riesgos de que el proceso culmine sin acuerdo cuando en marzo de 2019 Reino Unido quede desconectado de la Unión Europea y de sus Tratados, Davis ha asegurado que el Gobierno británico está "preparado para todos los escenarios".

Aunque Bruselas ha criticado en el pasado que Londres contemple la posibilidad de un "no acuerdo" antes que cerrar uno que no le satisfaga plenamente, Barnier ha dicho que la falta de acuerdo será "un mal acuerdo", pero que también el bloque europeo está preparado para "todo tipo de eventualidades".

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