MOSCÚ 24 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha afirmado este martes que Estados Unidos y sus aliados están empezando a darse cuenta de que el derrocamiento del presidente sirio, Bashar al Assad, implica un gran riesgo por la posibilidad de que los islamistas se hagan con el poder e impongan un "califato extremista".
"La actitud de los países occidentales está cambiando. Son cada vez más realistas en su postura hacia la solución de la crisis siria", ha afirmado Lavrov en una entrevista con la televisión estatal rusa RT.
"La amenaza del terrorismo en Siria, la amenaza de que los yihadistas tomen el poder, la amenaza de la creación de un califato con normas extremistas, la amenaza de que se violen los derechos de las minorías o incluso de que les quiten la vida son los principales problemas", ha argumentado el jefe de la diplomacia rusa.
En ese sentido, ha indicado que Washington y sus aliados han comenzado a "comprender que un cambio de régimen no es la forma de resolver este problema", sino de "facilitar la llegada de los yihadistas al poder".
Ahora, según Lavrov, el peligro es que "nuestros colegas occidentales están flirteando con el Frente Islámico", alianza de grupos armados islamistas que compite por tener una influencia mayor que el Ejército Libre Sirio (ELS), formado con el apoyo de países árabes y Turquía. Pese a que el Frente Islámico se ha intentado diferenciar de otros grupos afines a Al Qaeda como el Frente Al Nusra o el Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIS), Lavrov cree que este grupo está cerca ideológicamente de ellos.
En cuanto a la conferencia de paz conocida como Ginebra 2, Lavrov ha advertido del riesgo que supone que potencias mundiales se posicionen a favor de uno de los bandos y ha cuestionado en cualquier caso que la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS) controle a todos los grupos rebeldes que actualmente combaten contra Al Assad y por tanto pueda representarlos en las negociaciones.
También se ha referido a las declaraciones "precipitadas" de determinados dirigentes occidentales que han dicho que Al Assad no representa a nadie en su país.
"Una parte importante de la población está con Al Assad por motivos diversos, no solo porque cuenta con el amor del pueblo, sino porque gran parte de la población depende de él, y no solo las minorías, incluso los suníes", sobre los que tradicionalmente se sustenta la insurgencia, ha asegurado Lavrov. Así, según Lavrov, muchos sirios temen perder sus negocios si se produce un cambio violento en el poder.