DERA ISMAIL JAN/ISLAMABAD 14 Mar. (Reuters/EP) -
El líder del Partido Islámico del Turkestán, Abdulá Mansur, ha advertido de que tomará represalias contra el Gobierno chino como venganza por la muerte de compatriotas uigures y ha asegurado que las autoridades chinas no podrán reprimir el movimiento secesionista de la comunidad de Xinjiang.
Durante una entrevista concedida a Reuters, Mansur ha asegurado que es su deber sagrado luchar contra Pekín. "La lucha contra China es nuestra responsabilidad islámica, y tenemos que cumplirla".
"China no es nuestro único enemigo, pero es enemigo de todos los musulmanes (...) Tenemos planes para (perpetrar) muchos ataques en China", ha afirmado el líder en lengua uigur, que ha estado acompañado en todo momento por su intérprete.
"Tenemos un mensaje para China y es que el pueblo del Turkestán Oriental --la región china de Xinjiang-- y otros musulmanes se han despertado. Ya no pueden reprimirnos, ni a nosotros ni al islam. Los musulmanes nos vengaremos", ha amenazado.
Concertar entrevistas con líderes como Mansur suele ser bastante complicado y si se consigue, son muy breves y se llevan a cabo en lugares desconocidos gracias a un traductor de pastún.
El "atenteado terrorista" perpetrado en una estación de tren de la ciudad de Kunming hace ahora dos semanas, en el que murieron al menos 29 personas, ha puesto de nuevo a la comunidad uigur de Xinjiang en el punto de mira de Pekín.
PAKISTÁN Y AFGANISTÁN
Los separatistas de Xinjiang se esconden, principalmente, en la región de Waziristán Norte, donde los talibán paquistaníes los tratan como invitados de honor, según fuentes de la Inteligencia paquistaní. El partido de Mansur, cuyo equivalente en China es el Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (MITO), no tiene un alto nivel en Pakistán: se desconoce su tamaño y no suelen publicar vídeos en los que promueven su ideología.
Ls servicios de Inteligencia paquistaníes estiman que este grupo consta de unas 400 personas y que se ubican en la zona remota de Mir Ali, donde comparten base con otros insurgentes extranjeros, principalmente uzbecos.
En Afganistán, las fuerzas de seguridad advirtieron de la posibilidad de que tuvieran lugar ataques contra establecimientos chinos en Kabul, aunque no ha habido ninguno hasta ahora. Según fuentes cercanas a los talibán, las provincias afganas de Kunar y Nuristán podrían albergar a unos 250 uigures.
"Viven con nosotros pero siempre están preocupados por su pueblo y por su misión en China. Son buena gente, buenos musulmanes y mejores luchadores", ha asegurado un líder de los talibán, que ha explicado que los uigures no son "aficionados" a las armas y que prefieren recurrir a los cuchillos y dagas.
SEGURIDAD EN CHINA
China ha incrementado la seguridad en Xinjiang después de que cinco personas murieran en un incidente en el que un coche arrolló a varios turistas en la plaza de Tiananmen el pasado mes de octubre, un incidente del que posteriormente Mansur reivindicó la autoría.
La comunidad musulmana uigur, turcohablante, reclama una mayor autonomía del territorio de Xinjiang, también conocido como Turkistán Oriental. Muchos de los miembros de esta comunidad se han ofendido ante el tratamiento opresivo del régimen chino, aunque Pekín asegura que su libertad religiosa, cultural y lingüística están ampliamente garantizada.
Por su parte, el Gobierno chino ha detenido a numeroso defensores de los derechos de la comunidad, muestras de la cada vez más severa postura del Gobierno chino contra la disidencia de Xinjiang, donde el pasado año tuvieron lugar una serie de disturbios violentos que acabaron con la muerte de 91 personas