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EL CAIRO, 23 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, ha asegurado ante miles de partidarios en El Cairo que trabaja por la estabilidad del país y por la "alternancia de poder" y no solo para un determinado sector de la sociedad, al tiempo que ha reclamado una oposición "real y fuerte".
"La oposición en Egipto no me preocupa, pero tiene que ser real y fuerte", ha subrayado. Asimismo, ha defendido las medidas que adoptó ayer, en particular la suspensión del fiscal general y que todas las decisiones que tome como presidente no podrán ser llevadas ante los tribunales hasta que no haya Parlamento.
"El sistema judicial egipcio siempre ha tenido y tendrá a hombres honorables que aman la justicia. Sin embargo, se ha visto afectado por lo que ha afectado a la región", ha valorado. "En él hay algunos que están intentando refugiarse, pero yo acabaré con ese escondite", ha asegurado.
En este sentido, ha prometido que trabajará por la independencia del poder ejecutivo, judicial y legislativo y nunca empleará las leyes para marcar tantos.
Según el diario 'Al Ahram', Mursi ha iniciado su discurso agradeciendo a Alá que "haya reunido a los musulmanes para derrocar a un régimen opresor y por llevarnos por el camino hacia la democracia, la libertad, la justicia social y la estabilidad".
"Estoy con vosotros quien quiera que seáis y donde quiera que estéis", "con aquellos que me apoyan y con aquellos que son contrarios a mí", ha afirmado, en referencia a los miles de egipcios que se han manifestado hoy contra él. "Nunca seré parcial hacia un bando en detrimento del otro", ha asegurado, subrayando que el decreto constitucional "no busca vengar a nadie".
Miles de personas se han echado a las calles en diversas ciudades del país, principalmente en El Cairo, para protestar por el decreto anunciado ayer por el presidente en el que se estipula, entre otras cosas, que todas sus decisiones hasta que haya un nuevo Parlamento, no podrán ser contestadas ante la justicia, confiriéndose así prácticamente poderes ilimitados.
En su discurso ante sus seguidores, Mursi ha defendido que "como ciudadano de este país (...) sufro lo que sufre" y ha defendido sus planes para devolver la seguridad y la estabilidad a Egipto.
Previamente, el mandatario había asegurado a los fieles en una mezquita en El Cairo que Egipto está avanzando y que sus acciones las ha adoptado para agradar tanto a Dios como al país, según ha informado la agencia oficial MENA.
"Gracias a Dios, estamos avanzando y no hay nadie en nuestro camino", ha defendido en una mezquita de un suburbio de la capital tras la oración del viernes, después de que ayer emitiera un decreto que le da poderes prácticamente ilimitados y que ha generado protestas.
"Cumplo con mis obligaciones para agradar a Dios y a la nación y tomo las decisiones tras consultar con todo el mundo", ha afirmado el presidente, miembro del Partido Justicia y Libertad (PLJ), creado por los Hermanos Musulmanes. "La victoria no llega sin un plan claro y esto es lo que yo tengo", ha asegurado.