JERUSALÉN, 16 Dic. (Reuters/EP) -
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha urgido este viernes a un grupo de colonos judíos del asentamiento de Amona, considerado ilegal por el Tribunal Supremo del país, a que se retiren de la zona de "forma tranquila" y sin oponer resistencia a las fuerzas de seguridad.
Netanyahu lleva semanas apoyando una reforma en la normativa, condenada abiertamente por Estados Unidos y Naciones Unidas, que permitiría legalizar todos aquellos asentamientos israelíes que han sido construidos en la propiedad privada de ciudadanos palestinos.
De acuerdo con las normas israelíes, hay dos tipos de asentamientos: los formales y los informales. Los asentamientos formales son aquellos que cuentan con la autorización previa del Gobierno israelí, mientras que los informales son asentamientos ilegales a los ojos de la Administración judía.
Para la comunidad internacional, todos los asentamientos que está construyendo Israel en Cisjordania son ilegales. Amona es un asentamiento informal, y a pesar de los intentos de Netanyahu de impulsar la reforma de la normativa, el Tribunal Supremo y el sector más conservador de su propio partido han estipulado que debe ser evacuado.
En los más de 50 años en los que Israel ha estado presente en Cisjordania, ha construido alrededor de 120 asentamientos en la región. La inmensa mayoría de la comunidad internacional los considera ilegales y un importante obstáculo para alcanzar la paz con los palestinos, que pretenden establecer su propio Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como capital.
Los 330 colonos israelíes que viven en Amona, que también es el asentamiento más grande de todo Cisjordania, han rechazado en todo momento las propuestas del Gobierno, que les ha ofrecido alojamiento y viviendas nuevas en otra parte de la región. La comunidad israelí de Amona ha advertido que si son desalojados se resistirán con todas sus fuerzas a las tropas israelíes.
"Hago un llamamiento desde aquí para que todo el mundo actúe de forma responsable y que bajo ningún concepto intente herir a los soldados y fuerzas de seguridad. Son nuestros hijos y son muy queridos por todos nosotros. Nos protegen. No hay lugar para la violencia", ha asegurado Netanyahu.
El mandatario israelí ha estado evitando la confrontación directa con los colonos de Amona sobre la sentencia del Tribunal Supremo israelí, que obliga a los habitantes del asentamiento a abandonar la zona antes del 25 de diciembre. De acuerdo con el Supremo, Amona fue construido en una propiedad privada perteneciente a ciudadanos palestinos, por lo que debe ser devuelta a sus legítimos dueños.
La reforma para la legalización de asentamientos informales todavía necesita ser sometida a votación dos veces más en el Parlamento antes de que pueda entrar en vigor. En última instancia, si la ley es aprobada por los parlamentarios, siempre puede ser revocada por el Supremo.
"Le hemos dedicado días y noches, la hemos debatido en numerosas ocasiones, hemos propuesto soluciones innovadoras, pero muy a mi pesar, nuestras propuestas no han sido aceptadas por las autoridades legales", ha explicado el primer ministro.
La oposición teme que las maniobras de Netanyahu, que tienen como objetivo apoyar la política de asentamientos, puedan tener consecuencias a nivel internacional. La aprobación preliminar de la normativa propuesta por el mandatario ha alarmado a Estados Unidos, la UE y la ONU.
