Aboga por "seguir centrados en la aplicación del mandato", después de que Kinshasa denunciara una "cohabitación" con el M23
MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El nuevo comandante de la fuerza desplegada por la Comunidad Africana Oriental (EAC, según sus siglas en inglés) en el este de República Democrática del Congo (RDC) ha pedido a los militares "seguir centrados en la aplicación de su mandato" y "mejorar a través de las lecciones aprendidas", después de las críticas vertidas por Kinshasa sobre su labor.
El comandante de la fuerza, Aphaxard Kiugu, ha indicado durante una visita al contingente burundés desplegado en el territorio de Masisi que las tropas están realizando "un buen trabajo a la hora de proteger a la población vulnerable y priorizar la seguridad", según una serie de mensajes publicadas por la fuerza de la EAC en su cuenta en la red social Twitter.
"Interactuar con líderes clave en la región sigue siendo clave para entender las necesidades de la gente", ha dicho, al tiempo que ha trasladado a los militares que "hace todo lo posible para garantizar que reciben el apoyo necesario para que puedan ejecutar su tarea".
Kiugu asumió el cargo hace tres días en sustitución de Jeff Nyagah, quien abandonó el cargo tras denunciar "amenazas" en el marco de "una campaña mediática negativa bien orquestada y financiada" contra su persona.
El presidente de RDC, Félix Tshisekedi, denunció recientemente la existencia de una "cohabitación" entre la fuerza regional y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), tras lo que el secretario general de la EAC, Peter Mathuki, dijo que se trataba de unas críticas "injustas".
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Kigali ha acusado a Kinshasa de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.
