La ONU celebra que se haya reducido en un 30% el número de personas con necesidades humanitarias en Libia

Archivo - La subsecretaria general de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo
Archivo - La subsecretaria general de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo - ESKINDER DEBEBE / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO
Actualizado: martes, 25 enero 2022 12:42

MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

Naciones Unidas ha resaltado este lunes que la incertidumbre política ha afectado a la seguridad en Libia, aunque ha habido diálogo, y ha remarcado que, pese a que la situación de los migrantes y refugiados es "preocupante", se ha reducido un 30 por ciento el número de personas con necesidades humanitarias.

La subsecretaria general de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Rosemary DiCarlo, ha indicado ante el Consejo de Seguridad que, pese a que la situación de los migrantes y refugiados en Libia sigue siendo muy preocupante, ha disminuido en un 30 por ciento el número de personas que necesitan asistencia humanitaria.

En concreto, de 1,3 millones a principios de 2021 hasta cerca de 803.000 a finales de este año. Además, de los 278.000 libios desplazados internamente hace un año, unas 100.000 personas regresaron a sus hogares en 2021, ha apuntado DiCarlo en su comparecencia.

"Naciones Unidas sigue dispuesta a trabajar con las autoridades libias en una respuesta nacional a largo plazo a la gestión de la migración y los refugiados en consonancia con el Derecho Internacional que incluya abordar las preocupaciones de Derechos Humanos", ha dicho.

Pese a los avances, ha resaltado que "un gran número de migrantes y refugiados que intentan cruzar el mar Mediterráneo y regresan a Libia continúan detenidos en condiciones inhumanas y degradantes con asistencia humanitaria restringida", estando "miles de ellos en paradero desconocido".

Así, ha explicado que un informe conjunto de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos documentaba la expulsión de cientos de ciudadanos extranjeros en los últimos meses a Sudán y Chad desde las fronteras este y sur de Libia sin el debido proceso.

El informe, publicado en noviembre, resaltaba que, en muchos casos, las personas expulsadas quedaban en situaciones extremadamente vulnerables en tramos remotos del desierto del Sáhara sin suficiente comida, agua, seguridad y atención médica.

Durante el período del informe, la UNSMIL documentó incidentes de violencia relacionada con las elecciones y ataques basados en la afiliación política, así como amenazas y violencia contra miembros del poder judicial involucrados en procedimientos sobre la elegibilidad de candidatos electorales, y ataques contra periodistas, activistas y personas que expresan puntos de vista, ha detallado.

Asimismo, DiCarlo ha mostrado su preocupación porque hombres y mujeres que trabajan para proteger y promover los derechos de las mujeres "sigan siendo objeto de discursos de odio, difamación e incitación a la violencia".

"La detención arbitraria en instalaciones operadas por actores estatales y no estatales continúa en todo el país, y muchos detenidos son objeto de graves abusos contra los Derechos Humanos", ha resaltado.

En concreto, según las cifras de las autoridades libias, más de 12.000 detenidos se encuentran recluidos en 27 prisiones y lugares de detención en Libia. Miles de detenidos adicionales, incluidos niños, no aparecen en las estadísticas oficiales y se encuentran recluidos ilegalmente, a menudo en condiciones inhumanas.

En cuanto a la situación política, ha resaltado que ha habido "iniciativas de diálogo entre los actores políticos, económicos y de seguridad en Libia", en referencia al aplazamiento de las elecciones presidenciales del 24 de diciembre.

"Hemos visto informes de consultas entre el presidente de la Cámara de Representantes y el presidente del Alto Consejo de Estado, así como entre candidatos presidenciales del oeste y este de Libia", ha dicho.

"El alto el fuego se ha mantenido. Sin embargo, la incertidumbre política en el período previo a las elecciones afectó negativamente la situación general de seguridad, lo que provocó cambios en las alianzas entre los grupos armados afiliados a ciertos candidatos presidenciales", ha dicho.

EVITAR UNA TRANSICIÓN "PROLONGADA"

Por su parte, la enviada especial de la ONU para Libia, Stephanie Williams, ha subrayado a través de su cuenta en la red social Twitter que "Libia no necesita otro periodo de transición prolongado" y ha pedido a las partes "centrarse en el proceso electoral".

Williams ha indicado tras una reunión con el presidente del Alto Consejo de Estado, Jaled al Mishri, que "cualquier propuesta que sea planteada debe tener en cuenta las aspiraciones de los 2,5 millones de votantes libios de celebrar elecciones en el marco de la 'hoja de ruta' del Foro de Diálogo Político Libio (LPDF)".

El primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibé, abogó el domingo por aprobar una nueva Constitución en el país antes de proceder a la celebración de elecciones, después de que el presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Salé, afirmara que el mandato del gobierno de unidad había expirado el 24 de diciembre y apostara por una remodelación del Ejecutivo.

El gobierno de unidad vio la luz en medio de los esfuerzos para poner fin al conflicto en el país africano y una de sus principales tareas era organizar elecciones presidenciales y parlamentarias para entregar el poder a unas autoridades electas.

Libia cuenta desde marzo de 2021 con un gobierno de unidad tras un proceso de conversaciones para unificar las administraciones enfrentadas, después de que las autoridades asentadas en Trípoli, reconocidas internacionalmente, repelieran en 2020 la ofensiva lanzada un año antes por el comandante Jalifa Haftar, jefe de las fuerzas del este de Libia, contra la capital.

Con la celebración de estos comicios, que ahora no tienen fecha, Libia buscaba dar carpetazo a la crisis institucional abierta en el año 2014 y a la inestabilidad que sufre desde la captura y ejecución en octubre de 2011 del que fuera líder del país Muamar Gadafi en medio de la revuelta contra su régimen.

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