MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Varias agencias de la ONU han hecho este martes un llamamiento a los gobiernos de Tailandia, Indonesia y Malasia a que den prioridad a "salvar vidas" permitiendo que los cientos de inmigrantes y solicitantes de asilo que han quedado abandonados en aguas del sureste asiático puedan llegar a tierra.
Los firmantes, entre ellos los máximos responsables del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), reclaman a estos tres países que "protejan a los migrantes y refugiados varados en barcos en la bahía de Bengala y el mar de Andamán, faciliten el desembarco seguro y den prioridad a salvar vidas, proteger derechos y respetar la dignidad humana".
Las agencias de la ONU han lamentado los "graves acontecimientos" de los últimos días, en los que cientos de inmigrantes y refugiados, incluidos rohingyas de Birmania, han sido abandonados por las mafias en medio del mar y los países de la región no les han permitido entrar en sus aguas y llegar a puerto.
Estos hechos "confirman que las personas vulnerables en todo el mundo se están moviendo en busca de seguridad y dignidad, huyendo de la persecución, de la pobreza, las privaciones, la discriminación y el abuso". "Tales peligrosos viajes, ya sean por tierra, mar o aire, se han convertido en un fenómeno global", han subrayado.
MILES DE MUERTOS
En el caso del sureste asiático, precisan, más de 88.000 personas hicieron la peligrosa travesía por mar desde 2014, incluidos 25.000 en los tres primeros meses de este año. Además, cerca de un millar habrían muerto por las precarias condiciones del viaje y la misma cifra por los malos tratos y las privaciones a los que les someten las mafias y traficantes.
Según denuncian, en el caso de la bahía de Bengala, los inmigrantes y refugiados reciben solo arroz blanco y son objeto de violencia, con algunas mujeres violadas. Además, los niños son separados de sus familias y objeto de abusos y los hombres son golpeados y lanzados por la borda.
Así las cosas, los firmantes expresan su preocupación por el hecho de que "barcos cargados de mujeres, niños y hombres vulnerables no sean capaces de tocar tierra y estén varados en el mar sin acceso a agua, alimentos y asistencia médica" y piden a los países de la región que "permitan que los pasajeros de estos barcos sobrecargados desembarquen de forma segura".
En este sentido, piden a sus líderes que, con apoyo de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dejen de repeler estas embarcaciones y limitarse solo a ofrecerles ayuda para que puedan abandonar sus aguas territoriales.
LUGAR SEGURO PARA DESEMBARCAR
Igualmente, reclaman que se ofrezca "un lugar seguro" para desembarcar con "las condiciones de recepción humanas y adecuadas" y que se "evite el uso de la detención de inmigrantes y otras medidas punitivas, garantizándose la protección de los Derechos Humanos" de todos ellos, y sobre todo de los menores.
Las agencias de la ONU piden también que se establezca un mecanismo conjunto entre los gobiernos y las organizaciones internacionales para evaluar caso por caso las circunstancias de los que lleguen en estos barcos con el fin de determinar su estatus y la asistencia que requieren.
Los países de la región deberían trabajar igualmente en la persecución de los traficantes de personas y facilitar vías de inmigración legal a su territorio, además de adoptar medidas para combatir la xenofobia y la discriminación contra cualquier grupo.
La declaración conjunta la firman el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres; el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos; Zeid Raad al Hussein; el director general de la OIM, William L. Swing; y el representante especial del secretario general para las Migraciones Internacionales y el Desarrollo, Peter Sutherland.
