HELSINKI, 19 Abr. (Reuters/EP) -
El líder opositor Juha Sipila parte como favorito en las elecciones generales de Finlandia, que se ha visto afectada por la crisis económica y el debilitamiento de su estado del bienestar, que previsiblemente influirán en la decisión de los votantes.
Sipila, del Partido de Centro, que ha mostrado su respaldo a la clase media urbana y a los conservadores de las zonas rurales, lidera las encuestas de opinión, por lo que podría suceder al actual mandatario, Alexander Stubb, de la formación de centroderecha Partido de la Coalición Nacional.
El opositor se ha mostrado partidario en sus discursos a incluir a la formación de extrema derecha Irlandeses, anteriormente conocida como Verdaderos Irlandeses, en una posible coalición de Gobierno, una posibilidad que podría complicar la relación de Finlandia con la Eurozona.
Por su parte Stubb, que defiende la inclusión de Finlandia en la OTAN, se ve afectado por su periodo al frente del Gobierno, en el que ha sido criticado por no haber sido capaz de reavivar una debilitada economía y por frenar el crecimiento de la deuda pública después de tres años de recesión.
SITUACIÓN ECONÓMICA
El Ministerio de Finanzas espera que la economía del país crezca un 0,5 por ciento en 2015. Los expertos prevén que la posible nueva coalición de Gobierno recortará los gastos y realizará reformas estructurales para frenar la deuda de cara al envejecimiento de la población.
Una de las últimas encuestas, realizada por YLE, indicaba que el Partido de Centro obtendría un 24 por ciento de votos, mientras que Coalición Internacional y Finlandeses obtendrían un 17 por ciento de votos cada uno.
Por su parte, los Socialdemócratas, socios de coalición del Gobierno de Stubb, obtendrían un 15 por ciento de papeletas. Destacan los indecisos, que en esta encuesta ascendían a un 40 por ciento de los votantes.
POSIBLES PACTOS
Ante esta perspectiva, se prevé que el próximo Gobierno finlandés esté formado por el Partido de Centro y otras dos formaciones. Sin embargo, las elecciones abren un gran abanico de posibilidades, por lo que las negociaciones podrían durar varios meses.
Pese a que todas las formaciones se han comprometido a realizar medidas estructurales y han defendido la austeridad, hay diferencias sobre si se centrarán el estado del bienestar, impulsar la inversión o reducir la burocracia.
Uno de los puntos en conflicto puede ser la situación en Grecia, ya que los finlandeses se muestran reacios a hacer más concesiones al país heleno ahora que ellos mismos tendrán que enfrentarse a una mayor austeridad.
