BERLÍN, 24 Abr. (Reuters/EP) -
El Parlamento alemán ha aprobado este viernes por una mayoría abrumadora una resolución para denominar las masacres de armenios a manos del Imperio Otomano como 'genocidio', poniendo en peligro las relaciones diplomáticas con Ankara.
"Lo que pasó en medio de la Primera Guerra Mundial en el Imperio Otomano bajo la mirada del mundo fue un genocidio", ha espetado el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, al comienzo del debate.
La votación supone un cambio muy significativo con respecto a la postura que venía manteniendo Alemania, que es el mayor socio comercial de la Unión Europea de Ankara y hogar de un gran número de turcos. A diferencia de Francia y de una veintena de países, Berlín se había resistido a usar esta palabra.
Todos los partidos han respaldado la resolución en un sesión parlamentaria que ha conmemorado el 100 aniversario del comienzo del exterminio masivo y en una decisión que con casi toda seguridad no gustará al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. A comienzos de esta semana, Turquía dijo que la resolución parecida que aprobó Austria tendría "efectos negativos permanentes" en sus relaciones con Viena.
Turquía no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran, pero no admite que se tratase de un genocidio, y arguye que las muertes no fueron resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, es generalmente reconocido como el primer genocidio sistemático de la Edad Moderna y es el segundo caso más estudiado, por detrás del Holocausto judío. En este sentido el término 'genocidio' tiene una especial relevancia en Alemania.
El presidente alemán, Joachim Gauck, también ha usado el término 'genocidio' en un discurso de este jueves, a lo que ha añadido que Alemania tiene que afrontar parte de culpa por sus acciones en la Segunda Guerra Mundial.
DETERMINACIÓN
La determinación de Gauck de utilizar este término controvertido ha llevado a los miembros del Parlamento alemán a superar una larga resistencia del Gobierno de la canciller, Angela Merkel, que hasta ahora se negaba a usarlo.
Varios analistas políticos han atribuido este rechazo previo de Berlín por temor a molestar a Turquía y a los 3,5 millones de nacionales turcos u de origen turco que viven en Alemania.
A ello se une la preocupación en Berlín de que las masacres cometidas en 1904 y 1905 por soldados alemanes en la actual Namibia sea también considerado genocidio, y por tanto supondría demandas para las reparaciones.