El Consejo Civil de Raqqa dice que harán falta alrededor de 8 millones de euros al año para reconstruir la ciudad
RAQQA (SIRIA), 18 (Reuters/EP)
El olor de cuerpos putrefactos alzándose de entre las pilas de escombros en la ciudad siria de Raqqa, en el norte del país, sirve como un amargo recordatorio de la batalla que tuvo lugar en 2017 para reconquistar el antiguo baluarte de Estado Islámico.
En su apogeo, los islamistas llegaron a gobernar sobre millones de personas en Siria e Irak. En 2014, el grupo terrorista declaró la fundación de su califato, cuya capital era Raqqa.
Las milicias rebeldes apoyadas por Estados Unidos retomaron la ciudad en octubre de 2017, tras una batalla de cuatro meses que dejó a cientos de civiles muertos y que provocó la destrucción de la mayoría de los barrios de la ciudad. El personal de rescate ha dicho que sigue teniendo dificultades para recuperar las decenas de cuerpos que siguen sepultados bajo edificios meses después de que el combate finalizara.
"Estamos tratando de conseguir más apoyo, una ayuda que incluya la maquinaria que necesitamos desesperadamente para continuar con nuestro trabajo", ha declarado el director de la Unidad de Primera Respuesta, Yaser Khamis, una organización que formó el Consejo Civil de Raqqa.
En uno de los edificios, el personal de rescate corta cables y grandes bloques de cemento para tratar de encontrar cadáveres o miembros humanos atrapados debajo de los escombros. Horas más tarde, los trabajadores afirman haber recuperado 20 cuerpos. Sin embargo, Khamis teme que no estén llevando a cabo su labor lo suficientemente rápido.
"Las alarmas están empezando a sonar en esta zona, las enfermedades y las epidemias se están comenzando a expandir", ha explicado Khamis. "A día de hoy, hemos recibido 114 peticiones para excavar y exhumar cuerpos", ha añadido.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2009, no hay una relación directa entre la presencia de cadáveres y la expansión de las epidemias. Sin embargo, los trabajadores que manejan de manera habitual los cuerpos están en riesgo de contraer tuberculosis, infecciones gastrointestinales y sufrir ciertos prejuicios a su salud mental.
La Unidad de Primera Respuesta ha afirmado que, desde que empezaron a trabajar, han exhumado más de 500 cuerpos. Los patólogos forenses examinan los cadáveres y los tratan de identificar.
"Revisamos el cuerpo, sus condiciones generales, si es hombre o mujer, niño o anciano y estudiamos los miembros corporales, algunos de ellos en estado de putrefacción", ha explicado el doctor Abu Ibrahim. Sin embargo, la mayoría de cadáveres permanecen sin identificar y son enterrados en un cementerio en las cercanías de la ciudad.
FALTA DE FONDOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN
Reconstruir Raqqa, que llegó a alojar a 200.000 personas, está siendo una tarea monumental. Durante una visita reciente a la ciudad, el director para Siria del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Jakob Kern, estimó que "dos tercios" de la ciudad fueron destruidos en la batalla.
El Consejo Civil de Raqqa ha dicho que harán falta 5.200 millones de libras sirias al año (alrededor de 8 millones de euros) para restablecer el suministro de energía y de agua y reconstruir las carreteras y las escuelas en el antiguo bastión de Estado Islámico.
Estados Unidos declaró en febrero que invertiría fondos en los esfuerzos de "estabilización" de la zona. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió en marzo paralizar el traspaso de 200 millones de dólares (161 millones de euros) destinados a los esfuerzos de reconstrucción en Siria mientras Washington reconsideraba su papel en el conflicto, según miembros de la Administración.