MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Afganistán, Abdulá Abdulá, ha lamentado este lunes que se "perdiera" la oportunidad de diálogo entre el Gobierno y los talibán tras el aplazamiento de la ronda de contactos que iban a mantener entre el 19 y el 21 de abril en Qatar.
En sus declaraciones, recogidas por la cadena de televisión afgana Tolo TV, Abdulá ha resaltado que la conferencia se vio "interrumpida" debido a una "mala gestión" de los preparativos.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, responsabilizó el viernes a las autoridades qataríes por la suspensión de la reunión de los talibán y aseguró que la cita tuvo que ser aplazada porque Doha quitó algunos nombres de la lista gubernamental afgana.
En respuesta, los talibán acusaron al Gobierno afgano de "querer convertir el encuentro en unas negociaciones", pese a que ese "no era el objetivo" del encuentro, según informó la agencia alemana de noticias DPA.
Así, achacaron a Kabul la responsabilidad de la cancelación del encuentro, al tiempo que cargaron contra el Gobierno por "incluir a un gran número de funcionarios y figuras progubernamentales" con el objetivo de "sabotear" la reunión.
Por su parte, el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, se mostró decepcionado por la cancelación de la reunión en Doha e hizo un llamamiento al diálogo y el entendimiento entre las partes.
La reunión convocada para este fin de semana en Doha, la capital de Qatar, iba a reunir a representantes de los talibán afganos con una delegación del Gobierno integrada por 250 personas, entre altos cargos, parlamentarios y figuras de la sociedad civil.
La cita fue aplazada sin fecha el jueves sin que se aclararan los motivos de la suspensión y horas después de que los talibán se burlaran del tamaño de la delegación gubernamental y argumentaran que no se trata de una "boda" ni un "banquete" sino de un diálogo para impulsar la paz en el país centroasiático.
La reunión de Doha tenía como objetivo preparar el terreno para futuras conversaciones entre los talibán y el Ejecutivo afgano con la meta de impulsar un proceso de paz que ponga fin a la situación de conflicto que vive el país desde la caída del régimen talibán en 2001. Moscú acogió en febrero un encuentro similar, pero sin delegados del Gobierno afgano.
