RDCongo.- Un antiguo niño soldado cuenta que fue reclutado con engaños y que las armas las proporcionaban "los blancos"

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 12 febrero 2007 16:15

MADRID 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La defensa de un territorio, en primera fila y sin saber si quiera contra quién o porqué, es la función que cumplen niños soldado como Destin Maliyamungu, que fue reclutado cuando tenía 14 años mientras jugaba al fútbol con sus amigos después de salir del colegio en la localidad de Kivu Sur, en la República Democrática del Congo.

Según relató él mismo hoy en un encuentro con la prensa en la sede de Amnistía Internacional en Madrid, Maliyamungu fue obligado por el grupo militar Mai Mai, durante dos años, a empuñar un arma sin saber contra qué enemigo o a escoltar a los altos mandos militares, después de engañarle con la excusa de que iba a recoger leña en el bosque. Lo que sí sabe con certeza es que las armas que manejaban se las proporcionaban "los blancos".

Después de dos años sin saber nada de su familia, Maliyamungu estableció contacto con la ONG local el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y escapó junto otros cuatro amigos. Ahora tiene 17 años, vive con su abuela, trabaja como mecánico y tiene claro por qué ha iniciado esta visita de ocho días a España. "Ahora que estoy trabajando y lo hago bien, con mi formación podría ayudar a que el resto de niños reclutas puedan salir de esto", añadió.

En la actualidad, trabaja para el monitor que le enseñó el oficio de la mecánica, y destacó que su sueño es "tener los medios para abrir su propio taller" y poder mostrar el camino a otros niños que puedan ser reclutados en el futuro. Además, se mostró feliz porque "de vez en cuando" puede visitar a su familia, "que vive en un pueblo cercano".

FALTA DE COHERENCIA POLÍTICA

Por su parte, la portavoz de la Coalición Española para acabar con la utilización de Niños y Niñas Soldados, Valeria Méndez, apuntó a la "necesidad de tener coherencia en las políticas por parte de los organismos públicos" porque, según aclaró, "por una parte, se dice que se destinan ayudas, y por otra, muchas veces nos convertimos en uno de los mayores exportadores de armas".

En este sentido, afirmó que "la proliferación de armas ligeras es la que permite que niños y niñas puedan combatir en el frente" y destacó que otra de las causas del problema es que "los agentes donantes lo tratan como intervenciones de emergencia, no como intervenciones de desarrollo de derechos humanos a largo plazo".

"Se pretende que estos programas se cumplan en periodos cortísimos de tiempo cuando se sabe que la recuperación de niños requiere más tiempo", subrayó.

Asimismo, apuntó a la discriminación femenina como otro de los errores de campo en los que se suelen incurrir en este tipo de proyectos. "Las niñas son más vulnerables en cuanto a los abusos sexuales y por ello sufren también rechazo en sus comunidades en el futuro", apostilló.

Por último, la directora del proyecto de Desmovilización y Reinserción de Niños Soldados en Uvira, Nicole Nuyts, explicó que el objetivo último del proyecto "trata de reintegrar a los niños soldados en la comunidad civil" y subrayó que "el problema es que los militares y la milicia se muestran reticentes para soltar a un niño".

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