Refugiados de Burundi
HANDOUT . / REUTERS
Actualizado: viernes, 12 febrero 2016 19:34

KIGALI, 12 Feb. (Reuters/EP) -

Ruanda reubicará a refugiados burundeses en otros países tras la advertencia de Estados Unidos de que podrían estar siendo reclutados por grupos armados de la oposición burundesa, lo que podría desestabilizar aún más al país africano.

La ministra de Exteriores de Ruanda, Louise Mushikiwabo, ha indicado que su Gobierno comenzará a trabajar inmediatamente con sus socios regionales e internacionales para recolocar a los refugiados burundeses, unos 70.000, según la ONU.

El anuncio llega después de que Estados Unidos hiciera públicas esta semana "informaciones creíbles", según las cuales Ruanda ha llevado a cabo "actividades desestabilizadoras" en Burundi que apuntarían al reclutamiento de refugiados burundeses, entre ellos niños.

"Por eso les hemos pedido (a los ruandeses) que dejen de reclutar jóvenes y, en lugar de eso, les dejen volver a casa", ha dicho Philippe Nzobonariba, portavoz del Gobierno de Burundi, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se ha reunido con representantes del Ejecutivo de Ruanda que le han trasladado su intención de cumplir con sus obligaciones internacionales: mantener abiertas las fronteras e impedir deportaciones forzosas.

"ACNUR ha urgido al Gobierno a hacer estas clarificaciones públicamente tan pronto como sea posible para evitar el pánico en parte de los refugiados en Ruanda", ha dicho la oficina de esta agencia de la ONU en Kigali.

"Para Ruanda, el creciente riesgo para nuestra seguridad nacional por el 'impasse' burundés y los malos entendidos sobre nuestras relaciones internacionales son inaceptables", ha recalcado la ministra de Exteriores ruandesa.

Burundi está sumido en una grave crisis desde abril, cuando Pierre Nkurunziza decidió concurrir a las elecciones presidenciales de julio para aspirar a otro mandato, en contra de lo establecido en los acuerdo de paz de 2005.

La reelección de Nkurunziza ha desatado una serie de operaciones de seguridad para sofocar las protestas opositoras. El epicentro de la violencia es Buyumbura, bastión rebelde. Desde entonces, más de 400 personas han muerto.

La región y la comunidad internacional temen que la crisis política en Burundi derive en un genocidio como el ocurrido en Ruanda en 1994, ya que ambos países tienen una composición étnica similar, con una profunda división entre hutus y tutsis.

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