NUEVA YORK 26 Jun. (Reuters/EP) -
El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, ha afirmado este miércoles ante el Consejo de Seguridad que los próximos encuentros entre Irán y el Grupo 5+1 --integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania-- tendrán lugar en Viena del 2 al 15 de julio.
En sus declaraciones, Churkin ha indicado que los últimos encuentros, celebrados entre el 16 y el 20 de junio, "fueron muy útiles y confirmaron que las partes están preparadas para seguir cooperando de forma constructiva".
El hecho de que las conversaciones tengan una duración prevista de dos semanas son una muestra de la dificultad que supondrá que Irán y el Grupo 5+1 resuelvan sus diferencias respecto al programa nuclear iraní antes de la fecha límite, fijada para el 20 de julio.
En este sentido, Churkin ha aprovechado para criticar al Panel de Expertos de la ONU sobre Irán, que monitoriza el cumplimiento por parte de Teherán del régimen de sanciones, afirmando que "cualquier información que no esté respaldada por hechos concretos (...) podría tener un impacto negativo sobre las conversaciones".
El organismo indicó en su informe publicado este mismo mes que Irán ha reducido su actividad a través de los canales ilícitos durante las conversaciones, si bien el Gobierno sigue intentando circunvalar las sanciones para impedir un impacto mayor sobre su economía.
Asimismo, acusó a las autoridades iraníes de seguir desarrollando su programa de misiles balísticos, violando así las sanciones impuestas por Naciones Unidas al país por negarse a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, parte de su programa nuclear pacífico.
"Se trata de un asunto que está fuera de sus competencias. Los expertos no deben interferir en este proceso, que es extremadamente delicado. Además, es inaceptable que se esté prejuzgando sus resultados", ha valorado Churkin.
Las negociaciones cubren entre otras cuestiones las relativas al enriquecimiento de uranio --Irán se ha comprometido a no enriquecer uranio por encima del 5 por ciento durante las negociaciones--, así como el reactor de agua pesada de Arak, que la comunidad internacional teme que pueda ser una segunda vía para desarrollar un programa nuclear a partir del plutonio, la cooperación nuclear civil y las sanciones.
Los escollos se han centrado en cuestiones como el número de centrifugadores que podría mantener Irán y el levantamiento de las sanciones, según fuentes diplomáticas.
El Grupo 5+1 e Irán lograron cerrar un acuerdo preliminar a finales de noviembre pasado en Ginebra de seis meses de duración, que se podría prorrogar seis meses más si ambas partes lo aceptan.
En virtud del cual el régimen iraní se comprometió a congelar parte de su programa y retroceder en sus partes más polémicas a cambio del levantamiento de algunas sanciones económicas impuestas por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, incluido no enriquecer uranio por encima del 5 por ciento.
El acuerdo definitivo contemplaría que Irán pueda mantener un programa de enriquecimiento de uranio dentro de unos términos pactados y limitados. A cambio, Irán debe despejar todas las dudas sobre la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa.