Rusia reconoce la existencia del misil que denuncia EEUU como causante de su retirada del INF

La plaza Roja de Moscú con el Kremlin y la catedral de San Basilio
MAXIM SHEMETOV / REUTERS - Archivo
Publicado: lunes, 21 enero 2019 18:36

GINEBRA, 21 Ene. (Reuters/EP) -

El Gobierno ruso ha reconocido la existencia del sistema de misiles SSC-8/9M729 que ha esgrimido Estados Unidos para retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), pero Moscú sostiene que este misil no incumple los términos del tratado, según han informado fuentes estadounidenses y diplomáticos de la OTAN.

Diplomáticos de la OTAN han explicado que Moscú reconoce ahora su existencia, pero argumentaron que su alcance se encontraba dentro del límite de 500 kilómetros establecido por el INF para evitar ataques nucleares rápidos.

Washington se retirará de forma efectiva del tratado el próximo 2 de febrero, por lo que podría desplegar misiles con capacidad nuclear de alcance intermedio en emplazamientos estratégicos de Europa. El embajador para el desarme de Washington en Ginebra ha argumentado que aún hay tiempo para que Rusia destruya el sistema.

"No cederemos a ningún ultimátum como liquidar o eliminar misiles que no estén dentro las prohibiciones consideradas en el tratado", ha afirmado en declaraciones a Reuters el diplomático ruso Alexander Deyneko después de una sesión de la Conferencia de Desarme de la ONU.

El embajador estadounidense, Robert Wood, ha afirmado que el sistema es una "amenaza potente y directa para Europa y Asia", ya que tendría un alcance de entre 500 y 1.500 kilómetros, lo que infringe el INF. "Rusia debe destruir de manera verificable todos los misiles SSC-8, lanzadores y equipos asociados para volver a cumplir con el Tratado INF", ha explicado Wood.

El INF, suscrito en 1987, ayuda a proteger la seguridad de Estados Unidos y sus aliados en Europa y Asia. Prohíbe que Estados Unidos y Rusia posean, produzcan o prueben un misil de crucero lanzado desde tierra con un alcance 450 a 5.600 kilómetros. Rusia ya había exhibido sus dudas sobre seguir o no en el acuerdo dada la proximidad de la defensa de la OTAN a sus fronteras, que interpreta como una amenaza.

La retirada del tratado marcaría una brusca ruptura en la política de control armamentístico de Estados Unidos y se enfrenta a la oposición de sectores moderados dentro del Departamento de Estado y del Pentágono.

Hay que tener en cuenta, además, que el tratado está a expensas de una revisión del Congreso de Estados Unidos en 2019 por la que el presidente está obligado a informar al Senado sobre la actitud rusa sobre el pacto, para determinar si el INF sigue siendo legalmente vinculante para Estados Unidos.

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