El Sahel es también tierra de oportunidades, no solo de inseguridad y hambre

Niñas transportando agua en bicicletas cerca de Uagadugú
REUTERS / LUC GNAGO - Archivo
Burkina Faso Burkina Faso
Actualizado: sábado, 21 julio 2018 9:43

El enviado de la ONU para la región pide no generalizar porque en la región hay muchas zonas en paz y reclama más inversiones

MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -

Unos 6 millones de personas tienen actualmente problemas para poder acceder a comida en la región del Sahel, donde la malnutrición aguda amenaza las vidas de 1,6 millones de niños, y donde la inseguridad en algunas zonas pone en jaque los medios de vida de las comunidades locales y dificulta la labor de las organizaciones humanitarias. Pero esta vasta región también ofrece "oportunidades", defiende el enviado de la ONU para el Sahel, Ibrahim Thiaw.

Las escasas lluvias caídas en 2017 han provocado una sequía que ha tenido como consecuencia la pérdida de cosechas y pastos y que el movimiento de ganado estacional haya sido el más temprano en los últimos 30 años, cuatro meses antes de lo que suele ser normal, lo que también ha generado un aumento de las tensiones entre las comunidades agrícolas y los pastores por los escasos recursos existentes.

Todo ello ha tenido un gran impacto en el acceso de la población a alimentos y ha hecho que la ONU haya dado la voz de alarma, advirtiendo de que si no llega la ayuda el número de personas necesitadas de asistencia urgente llegue hasta los 6,5 millones en Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal, los países más golpeados. Además, el número de menores que presentan malnutrición aguda severa ha aumentado un 50 por ciento con respecto al año anterior.

"Tradicionalmente, en el Sahel había una sequía cada 10 años, en los últimos años hemos visto que cada cuatro o cinco años y ahora es cada menos", explica Thiaw en una entrevista concedida a Europa Press, subrayando que "el Sahel es la prueba de que el cambio climático es real".

Para los países de la región, integrada por diez estados y con unos 300 millones de habitantes, la agricultura, la ganadería y la pesca constituyen el pilar de su economía, así que esta se está viendo "gravemente afectada por el cambio climático", especialmente en las zonas rurales, explica el responsable de la ONU.

Los habitantes de la región cuentan con medios de vida muy frágiles que pueden verse afectados "de un año para otro, de un mes para otro o de un día para otro" por un acontecimiento extremo, como son las sequías, y carecen de los medios para hacerle frente, ya que la inmensa mayoría no cuentan con seguros y carecen de ningún control sobre su economía, añade, apostando por trabajar para mejorar la resiliencia de estas comunidades y que puedan gozar de un "colchón" que amortigüe este tipo de hechos.

Otro factor que también está incidiendo en la inseguridad alimentaria imperante en la zona es la reducción de la inversión en agricultura. Según señala, los gobiernos de algunos de estos países, como Chad o Níger --que figuran entre los más pobres del mundo--, se han visto obligados a desviar a seguridad parte de los fondos que debían destinarse a agricultura, desarrollo o educación.

INSEGURIDAD EN ALGUNAS PARTES DE LA REGIÓN

A esto se suma la inseguridad imperante por las actividades de grupos terroristas islamistas como Boko Haram, en la cuenca del lago Chad, y de otras organizaciones activas pricipalmente en Malí pero también de forma creciente en Burkina Faso y en menor medida en Níger. "Desgraciadamente las preocupaciones por la seguridad están ahí y son muy elevadas", admite Thiaw, que también pone el acento sobre los abusos cometidos en algunos casos por las propias fuerzas de seguridad contra la población local.

No obstante, aunque la situación "es muy difícil" en Malí y el lago Chad, "hay que tener cuidado de no generalizar y pensar que en los diez países del Sahel se enfrentan a los mismos problemas de seguridad", reclama el enviado de la ONU. "Hay muchos lugares seguros y algunos países no han sufrido ningún incidente desde hace años", insiste Thiaw, para quien es "peligroso" generalizar habida cuenta de que en la región hay "focos de paz, algunos muy grandes".

Así las cosas, Thiaw reconoce que la situación en el Sahel "ha sido así desde hace mucho tiempo" y la ayuda humanitaria continuará durante un tiempo más, pero ahora el debate es "cómo rompemos el círculo vicioso para llevar más desarrollo" a la región y que sus habitantes puedan forjar su propio futuro.

En este sentido, apuesta por la "flexibilidad" a la hora de dar ayuda, destinando por ejemplo los "excesos" de alimentos que puedan sobrar en algunos lugares a otros donde sean necesarios y sobre todo por trabajar para ayudar a las comunidades a "mejorar sus medios de vida y sus sistemas alimentarios para reducir la dependencia de la ayuda alimentaria".

NADIE QUIERE RECIBIR AYUDA ETERNAMENTE

"A largo plazo nadie quiere ofrecer asistencia humanitaria y nadie quiere recibir asistencia humanitaria eternamente", resume Thiaw, que considera "importante construir ese camino para el desarrollo y la prosperidad" de la región, que ofrece "oportunidades" entre otras cosas porque cuenta con una población joven "preparada para producir y para cambiar las condiciones".

Una de las claves para que se produzca ese cambio, en opinión del enviado de la ONU, es la mejora del acceso a la energía, apostando por energías renovables como la solar y la eólica lo cual permitiría no solo mejorar la producción, sino reducir las pérdidas posteriores y procesar los productos agrícolas, lo cual "crearía empleos, ayudaría a estos jóvenes a mejorar sus vidas y a quedarse en casa" en lugar de emigrar fuera de sus países, incluso a Europa.

"La esperanza está ahí, con una inversión masiva sería posible cambiar la situación", defiende el enviado de la ONU, que invita a la comunidad internacional a "ver el Sahel como una tierra de oportunidades" en la que es posible hacer "negocios" especialmente en materia de infraestructuras.

EN EL SAHEL SE PUEDEN HACER BUENOS NEGOCIOS

Thiaw tiene claro que en el Sahel se pueden hacer "buenos negocios" donde todos ganen y donde las inversiones "no se hagan por caridad sino porque son una buena inversión". "Ese negocio será bueno para los empresarios, tanto de la región como de fuera, pero también para las comunidades y las autoridades locales porque estaremos construyendo crecimiento y economías más fuertes", recalca. Estas inversiones "generarían más ingresos, crearían más estabilidad y traería paz", añade.

"Sin paz y seguridad en la región será muy difícil tener paz y seguridad en el mundo", advierte y sostiene que el Sahel es "realmente la frontera de Europa, de Estados Unidos, de Oriente Próximo"... "Nos gustaría que la comunidad internacional ayudara y apoyara al Sahel, no solo desde el punto de vista de la ayuda humanitaria sino invirtiendo y haciendo buenos negocios, lo que beneficiaría a los sahelianos pero también a sus socios", remacha Thiaw.


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