MADRID 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cientos de familias se encuentran desplazadas en la frontera de Siria con Jordania después de que el régimen de Bashar al Assad les denegara el permiso para pedir asilo político al país vecino, según han confirmado testigos presenciales a la agencia de noticias italiana ANSA.
En su mayoría mujeres y niños procedentes de las ciudades de Deraa (sur), Homs (oeste) y las áreas rurales cercanas a Damasco (suroeste) han huido de la violencia que sacude sus respectivas localidades y se han dirigido a la ciudad fronteriza de Nasseb.
Taxistas jordanos que acuden con asiduidad a la frontera con Siria para transportar a personas que van desde Siria hacia a Ammán, la capital jordana, han asegurado que han visto cientos de familias trasnochando a cielo abierto a consecuencia de que los agentes fronterizos sirios no les hayan permitido cruzar la frontera hacia Jordania.
"Las familias se niegan a volver a sus casas por miedo a sufrir ataques en sus localidades de origen, por lo que prefieren dormir en la zona fronteriza, en espera de que puedan cruzar a Jordania", ha relatado a ANSA el taxista jordano Ahmed Shalabi.
Jordania no ha puesto problemas a la llegada de refugiados sirios a causa del recrudecimiento de la represión gubernamental siria. Una gran parte de los refugiados han cruzado la frontera de forma clandestina después de caminar varios cientos de kilómetros de toscos terrenos entre Siria y Jordania.
No obstante, activistas sirios han sostenido que muchos desplazados prefieren no recurrir a dicha ruta por temor a que sean abatidos por las fuerzas armadas sirias apostadas en la frontera con Jordania.
El balance de víctimas mortales en Siria elaborado por la ONU rebasa los 8.500 entre civiles y fuerzas de seguridad. La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las fuerzas militares del régimen están utilizando en la ciudad de Al Qusayr, fronteriza con Líbano, los "mismos métodos brutales" aplicados anteriormente durante el asedio de Homs.
La comunidad internacional ha logrado consensuar un plan no vinculante para tratar de detener la represión, promovido por el mediador de la Liga Árabe y Naciones Unidas, Kofi Annan, aunque todavía no se ha definido la 'hoja de ruta' a llevar a cabo.