El SNP apunta hacia la mayoría en las elecciones escocesas y presionará a Londres para un nuevo referéndum

La ministra principal de Esocia, Nicola Sturgeon.
La ministra principal de Esocia, Nicola Sturgeon. - Russell Cheyne/PA Wire/dpa
Actualizado: miércoles, 5 mayo 2021 11:03

Sturgeon tendrá que lidiar con la presión de algunos sectores del independentismo que abogan por una consulta sin el aval de Reino Unido

Laboristas y conservadores en horas bajas se disputan la segunda plaza

MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -

Los escoceses acuden este jueves a las urnas y todo parece indicar que serán las fuerzas independentistas quienes continúen siendo las opciones predilectas entre los electores, con la posibilidad incluso de que el Partido Nacional Escocés (SNP) no necesite de otros partidos soberanistas para obtener la mayoría, y deparando así otros cinco años de disputas con Reino Unido por un nuevo referéndum.

La mayoría independentista a la que se ha agarrado durante la campaña electoral la líder del SNP y ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, para sentirse legitimada para celebrar un segundo referéndum de salida de Reino Unidos es prácticamente una realidad, incluso con la posibilidad de que el nuevo partido de Alex Salmond, Alba, no entre siquiera en Holyrood, el Parlamento escocés.

De acuerdo con algunas de las últimas encuestas, el SNP mejoraría sus resultados con respecto a las anteriores elecciones, obteniendo el 49 por ciento de los votos y 67 diputados, dos más de los necesarios para obtener la mayoría y cuatro más que en la cita de 2016. En caso de que los resultados no fueran al final tan optimistas, Los Verdes y sus posibles entre siete y diez escaños, harían el resto.

La presencia de Salmond, exlíder del SNP y una figura importante dentro del independentismo escocés, no parece que vaya a dividir el voto soberanista este jueves, puesto que, y a pesar de que las primeras encuestas vaticinaban que entraría en Holyrood con media docena de escaños, las últimas apuntan que no conseguiría siquiera el 3 por ciento necesario para obtener representación.

El complicado año que ha tenido tras de sí Sturgeon, saliendo incluso airosa de una moción de censura presentada por los conservadores más por trámite que por convencimiento real de que pudiera prosperar, parece no haber tenido efectos inmediatos sobre ella, aunque en los últimos tiempos su liderazgo al frente del partido ha sido cuestionado, sobre todo a raíz del escándalo político con Salmond.

Hace poco más de un mes, Sturgeon superó en el Parlamento escocés una moción de censura tras ser acusada de violar el código ministerial a sabiendas durante una investigación contra Salmond por unos episodios de acoso sexual entre 2007 y 2014, de los que el ahora líder de Alba fue finalmente absuelto hace tres años.

REFERÉNDUM DE INDEPENDENCIA

Ante la posibilidad de que Salmond y su partido irrumpan finalmente en Holyrood, habrá que ver cómo se desenvuelve Sturgeon frente a las ideas más directas que su antecesor en el SNP tiene con respecto a la independencia de Escocia, partidario de activar el referéndum a través del Parlamento y sin contar con el beneplácito de Londres como en 2014, aunque para ello se tenga que pasar por los tribunales.

Sturgeon no descarta tampoco este escenario, más si como se prevé obtiene este jueves el respaldo de la mayoría de la cámara. "Si Boris Johnson quiere detenerlo, tendrá que emprender acciones legales", ha vuelto a remarcar esta semana.

Sin embargo, la hoja de ruta presentada ya en enero por el SNP contempla primero la aprobación de un proyecto de ley para celebrar un nuevo referéndum cuando termine la pandemia y presionar posteriormente a Johnson para que active la Sección 30 de la Ley de Escocia de 1998 que permitiría la consulta.

La líder del SNP confía en que el sentir popular sea suficiente para evitar que el proceso acabe en los tribunales, pero ya en vísperas de la jornada de reflexión ha vuelto a advertir de que "si el apoyo a la independencia continúa, no es sostenible que ningún primer ministro de Westminster se interponga en el camino".

En la consulta de 2014, con casi un 85 por ciento de participación, el 'no' se logró imponer con un 55 por ciento, aunque el independentismo escocés siempre ha explicado que este resultado estuvo influenciado por los mensajes desde Londres que auguraban una salida del territorio de la Unión Europea si salía el 'sí'.

No obstante, los resultados de las encuestas que se han estado haciendo desde entonces han seguido están muy parejos, aunque el 'sí' se ha estado imponiendo por poco desde mediados de 2020, pocos meses después de que se hiciera efectiva la última prórroga de salida de Reino Unido de Europa.

Los sondeos realizados el pasado mes de abril dan el triunfo al 'no' la mayor parte de las veces, aunque sin llegar al 50 por ciento de los votos y con porcentajes de indecisos que llegan hasta el 16 por ciento. El último, publicado por la cadena Sky News ofrece un 45 por ciento para ambas opciones, con un 8 por ciento de electores dudosos.

MALOS RESULTADOS PARA LABORISTAS Y CONSERVADORES

Si bien el triunfo del SNP parece claro, todavía está muy abierta la disputa entre quienes se jugarán ser la segunda opción entre los escoceses. Conservadores y laboristas han renovado sus listas con respecto a la cita de 2015, pero eso no evitará, según las encuestas, que esquiven los malos resultados.

Los conservadores, con Douglas Ross al frente, parten con ventaja, pero perderían cinco escaños y se quedarían en 25, cuatro más aproximadamente de los que tendrían los laboristas del casi recién nombrado líder Anas Sarwar, que llevan en caída de representación en el Parlamento desde hace más de una década.

Las fuerzas no independentistas, entre las que también están los liberal demócratas --quienes lograrían cinco diputados--, han argumentado en esta ocasión que la independencia pondría en riesgo la recuperación económica y la lucha contra la pandemia y han cuestionado que Sturgeon pretenda hacer campaña por un segundo referéndum incluso durante la recuperación económica.

Sin embargo, ha sido la gestión de la crisis sanitaria de Reino Unido --los escoceses tienen la percepción que desde Holyrood se han hecho mejor las cosas que en Westminster-- y la salida de Europa --Escocia fue quien más se opuso--, los factores que mejor le han hecho la campaña al SNP.

Ante un SNP intratable, a lo largo de la campaña conservadores y laboristas se han visto obligados a desgastarse en un escenario en el que en el mejor de los casos uno de ellos será segundo y con algunos escaños menos.

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