AYODHYA, 25 Nov. (Reuters/EP) -
Más de 200,000 activistas y monjes hindúes han dado por terminada su protesta ante las ruinas de la mezquita de Ayodhya, en el estado indio de Uttar Pradesh (en el norte de India), sin ningún tipo de incidentes, frente a los temores de las autoridades a una explosión de violencia por la significación del lugar, centro histórico de disputas entre las comunidades musulmana e hindú en el país.
Una manifestación musulmana en 1992 cerca de Ayodhya llevó a una mafia hindú a destruir la mezquita, detonante de uno de los episodios de violencia más graves de la historia del país, con un saldo de 2.000 fallecidos.
El Partido Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi y los activistas hindúes afiliados a él han intensificado sus demandas para levantar un templo al dios Ram en el lugar, casi 500 años después de la construcción de la antigua mezquita.
Tanto los grupos hindúes como los musulmanes han pedido a la Corte Suprema de la India que resuelva el problema. Pero el tribunal superior ha pedido más tiempo, ordenando a la Policía que fortifique la ciudad entera para impedir incidentes.
El retraso ha decepcionado a la mayoría de la comunidad hindú de la India, que no puede esperar eternamente un veredicto, dijo Sharad Sharma, portavoz del Vishwa Hindu Parishad (VHP), o el Consejo Mundial Hindú, que tiene estrechos vínculos con el BJP.
Con todo, la tensión todavía no ha terminado, dado que se esperan fuertes protestas mañana en la capital, Nueva Delhi, para pedir al Supremo que se pronuncie lo antes posible.
