BRUSELAS, 2 May. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Fiscalidad, László Kovács, pidió hoy a todos los Estados miembros que respalden la propuesta de crear una base única para el cálculo del impuesto de sociedades, que tiene previsto presentar durante el primer semestre de 2008 y que entraría en vigor en 2010, porque contribuirá a mejorar la competitividad de la economía europea. Kovács insistió en que sus planes sólo afectan a la base y en que no tiene ninguna intención de armonizar los tipos del impuesto.
El Ejecutivo comunitario presentó este miércoles un informe con el estado de los trabajos para crear esta base común, que se basa en las contribuciones de expertos de los Veintisiete Estados miembros, y que se discutirá en el Ecofin de junio. Kovács afirmó que 12 países, incluyendo a Rumania y Bulgaria, le apoyan; 8 son cautos pero están dispuestos a analizar su propuesta final sin prejuicios y otros 7 --Reino Unido, Irlanda, Lituania, Letonia, Eslovaquia y Malta-- están en contra por considerar que se atenta contra su soberanía fiscal.
Kovács explicó que el "objetivo prioritario" de la Comisión es "presentar una propuesta que se adopte por unanimidad" en el Ecofin y que por eso su informe no habla de "cooperaciones reforzadas". Ello supone un cambio de postura del Ejecutivo comunitario, que hasta ahora había defendido la posibilidad de que los países que quieran seguir adelante con la base común formen una vanguardia y puedan dejar fuera a los escépticos.
El comisario de Fiscalidad insistió en que propondrá que la base común sea optativa para las empresas, de manera que aquellas que no tienen actividades en el extranjero no necesiten cambiar al nuevo sistema. También defendió que la base sea amplia y simple, con el menor número de excepciones posibles.
Su informe destaca que hay que estudiar cómo incluir desde el principio en la base común al sector financiero y cómo desarrollar un marco administrativo que refuerce la cooperación y asistencia mutua entre los Estados miembros.
El Ejecutivo comunitario señala que la base única, una iniciativa impulsada por Francia y Alemania para tratar de combatir el 'dumping fiscal' de los países de la ampliación, permitirá reducir los costes administrativos para las empresas que operan en varios países de la UE, facilitará la compensación transfronteriza de pérdidas y beneficios, evitará los casos de doble imposición y aumentará la transparencia y la competencia fiscal.
