ROMA, 24 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El máximo representante de la Asociación patriótica de los católicos en China, Liu Bainian, expresó su deseo de que el Papa Benedicto XVI pueda algún día visitar China y celebrar Misa para sus habitantes, según declaró en una entrevista publicada hoy por el diario italiano 'La Repubblica'.
"Espero fuertemente poder ver al Papa un día aquí, en Beijing, celebrando la Misa para los fieles chinos", aseguró Liu, que es uno de los principales consejeros del Gobierno en torno a las relaciones con los fieles católicos y el Vaticano.
Por su parte, preguntado por los periodistas al respecto, el Papa respondió con prudencia, asegurando, "no puedo hablar en este momento. Es un poco complicado". El Romano Pontífice hizo estas declaraciones a los medios a la salida de la Iglesia de Auronzo (norte de Italia), donde mantuvo un encuentro con sacerdotes.
Según Liu, la carta que el Papa ha dirigido recientemente a los fieles católicos chinos constituye "un gran paso adelante". "Existe una gran diferencia positiva entre la carta que el Papa nos envió el 30 de junio y las posiciones precedentes", aseguró.
"Ha desaparecido cualquier oposición al socialismo. Ya no se nos acusa de cismáticos. Es la primera vez que los chinos oyen al Papa decir que es posible ser católico y amar el propio país", agregó.
En cuanto al nombramiento de los obispos, que es uno de los temas más controvertidos en las relaciones entre China y el Vaticano, Liu se mostró convendido de que "el problema se puede resolver, se resolverá, espero incluso pronto".
Para el representante de la Iglesia patriótica china, "nosotros seguimos exactamente la misma religión que la Iglesia de Roma, somos independientes sólo desde el punto de vista político y (...) económico".
Liu recalcó que la Iglesia patriótica china siempre ha reconocido la autoridad del Papa en materia de religión por lo que "no hay sombra de ninguna controversia teológica". En este sentido, "no tenemos nada en común con los protestantes". Es más, "la Santa Sede es la única representante de Jesús en la tierra y como católicos debemos seguirla", insistió.
Actualmente los fieles de la Iglesia patriótica suman unos cinco millones, mientras que los de la llamada 'clandestina' -fiel a Roma en todos los sentidos-- ascienden a 10 millones de personas.
