Vaticano.- El Papa considera "fascinante" la vocación aunque 2.000 años de historia dificulten "la novedad del misterio"

Actualizado: jueves, 30 marzo 2006 17:11

En su mensaje para la Jornada Mundial por las Vocaciones defiende que "Cristo sigue suscitando" sacerdotes pese a la escasez de clero

MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Papa Benedicto XVI considera "fascinante" la experiencia de estar llamados por Dios a la vida sacerdotal o consagrada pese a que el peso de 2.000 años de historia "haga difícil captar la novedad de este misterio", en su mensaje dado a conocer hoy, con motivo de la celebración, el próximo 7 de mayo, de la XLIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

El Pontífice, que este año centra su mensaje de esta jornada en la 'Vocación en el misterio de la Iglesia', también defiende que, pese a la escasez de clero, "nunca ha de ponerse en duda que Cristo sigue suscitando" vocaciones sacerdotales y recuerda que la "principal actividad" de los religiosos "no es el servicio" a los pobres o enfermos sino "la constante unión con Dios en la oración".

"Es realmente fascinante la perspectiva de estar llamados a vivir como hermanos y hermanas de Jesús y unidos a Él, que es la Cabeza, formar un solo Cuerpo, la Iglesia, pese a que el peso de 2.000 años de historia haga difícil captar la novedad de este misterio", asegura Benedicto.

"Es un don que trastoca cualquier idea y proyecto exclusivamente humanos. La confesión de la verdadera fe abre de par en par las mentes y los corazones al inagotable misterio de Dios, que empapa la existencia humana. ¿Qué decir entonces de la tentación, muy fuerte en nuestros días, de sentirnos autosuficientes hasta cerrarnos al misterioso plan de Dios sobre nosotros? El amor del Padre, que se revela en la persona de Cristo, nos interpela", continúa el Papa.

En este sentido, destaca que para responder a esta llamada de Dios "no es necesario ser perfectos" ya que ni la fragilidad ni las limitaciones humanas "suponen un obstáculo", con tal de que ayuden al hombre a hacerse cada vez más consciente del hecho de que tiene "necesidad de la gracia redentora de Cristo".

"Ésta es la experiencia de San Pablo que declaraba: 'Gustosamente seguiré presumiendo de mis debilidades, para que habite en mí la fuerza de Cristo'. En el misterio de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, el poder divino del amor cambia el corazón del hombre, haciéndole capaz de comunicar el amor de Dios a los hermanos", asegura.

Al respecto, añade que "la Iglesia es santa, aunque sus miembros necesiten ser purificados para lograr que la santidad, don de Dios, pueda resplandecer en ellos hasta su pleno fulgor". "En Cristo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo, todos los cristianos forman 'el linaje escogido, el sacerdocio real, la nación santa, el pueblo que Dios ha adquirido en posesión para anunciar sus grandezas'", recuerda.

"INSUSTITUIBLE" Y "ESPECIAL"

El Papa también señala que la misión del sacerdote en la Iglesia "es insustituible" y que, pese a que en algunas regiones se registre escasez de clero, "nunca ha de ponerse en duda que Cristo sigue suscitando hombres, que, como los Apóstoles, dejando toda otra ocupación, se dediquen totalmente a celebrar los santos misterios, a la predicación del Evangelio y al ministerio pastoral".

Sobre este tema, recuerda las reflexiones de su predecesor Juan Pablo II en la exhortación apostólica 'Pastores dabo vobis', en la que dice que "(...) el sacerdote ministro es servidor de Cristo, presente en la Iglesia misterio, comunión y misión. Por el hecho de participar en la 'unción' y en la 'misión' de Cristo, puede prolongar en la Iglesia, su oración, su palabra, su sacrificio, su acción salvífica. Y así es servidor de la Iglesia misterio porque realiza los signos eclesiales y sacramentales de la presencia de Cristo resucitado'".

Por último, Benedicto XVI se refiere a la vida consagrada como "otra vocación especial, que ocupa un lugar de honor en la Iglesia". Al respecto, asegura que si bien éstos desarrollan diversos servicios en el campo de la formación humana y en la atención a los pobres, en la enseñanza o en la asistencia a los enfermos, no consideran esa actividad como "el objetivo principal de su vida".

"Como subraya el Código de Derecho Canónico, 'el primer y particular deber de todos los religiosos ha de ser la contemplación de la verdad divina y la constante unión con Dios en la oración'", recuerda.

A continuación, cita la exhortación apostólica 'Vita Consecrata' de Juan Pablo II en el que éste señala que "en la tradición de la Iglesia la profesión religiosa es considerada como una singular y fecunda profundización de la consagración bautismal en cuanto que, por su medio, la íntima unión con Cristo, ya inaugurada en el Bautismo, se desarrolla en el don de una configuración más plenamente expresada y realizada, mediante la profesión de los consejos evangélicos".

"ORAR VIVAMENTE"

Por último, el Papa destaca la necesidad de orar "vivamente" por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, ya que "no es de sorprender que donde se reza con fervor, florezcan las vocaciones".

"La santidad de la Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y de la apertura al misterio de la gracia que actúa en el corazón de los creyentes. Por ello, quisiera invitar a todos los fieles a cultivar un íntimo trato con Cristo, Maestro y Pastor de su pueblo, imitando a María, que guardaba en su corazón los divinos misterios y los meditaba asiduamente", concluye.

La Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, todos los cuartos Domingos de Pascua, desde que el Papa Pablo VI la instituyera en 1963, en pleno Concilio Vaticano II. El Pontífice, que no cesaba de repetir que "cada vida es vocación" y que "todo creyente tiene una misión en la edificación de la Iglesia", instauró esta jornada para alentar especialmente las vocaciones de los ministros ordenados y de las personas dispuestas a seguir a Cristo en el camino de la vida consagrada.