MADRID, 22 Mar. (EDIZIONES) -
La situación en Yemen ha dado un paso más hacia la guerra civil abierta con el ataque de la milicia de los huthis a la ciudad de Taiz, tercera en importancia del país. El Gobierno reconocido por la comunidad internacional queda así aún más ninguneado y arrinconado en el sur del país.
En Yemen conviven distintas tribus, creencias religiosas y corrientes políticas en un complejo puzzle sacudido por la influencia de las grandes potencias de la región del golfo Pérsico, principalmente Arabia Saudí e Irán. Estas son las principales facciones armadas que protagonizan la guerra:
LOS HUTHIS
Los huthis, formalmente Ansarulá (Seguidores de Alá), son los herederos de Juventud Creyente, un grupo juvenil creado en 1992 para defender los derechos de la minoría zaidí, una rama del Islam chií, presente en Yemen y otros países árabes de la región. Los zaidíes suman aproximadamente una quinta parte de la población yemení.
Las movilizaciones tomaron un cariz más serio en 2004, cuando nació una estructura armada liderada por Husein Badredin al Huthi, un prestigioso clérigo y político con vínculos con el Irán de los ayatolás. El Ejército yemení mató a Al Huthi en septiembre de 2004, pero su "martirio" solo sirvió para reforzar a la organización.
Aprovechando la Revolución Yemení que propició la salida del poder del autócrata Alí Abdulá Salé en febrero de 2012, los huthis afianzaron su control del norte del país y finalmente tomaron la capital, Saná, en septiembre de 2014. Su lema: "Alá es grande. Muerte a América. Muerte a Israel. Malditos los judíos. Victoria para el Islam".
EL GOBIERNO YEMENÍ
El vicepresidente de Salé, Abd Rabbu Mansur Hadi, asumió el poder tras la renuncia de éste a cambio de su inmunidad judicial. Ahora Hadi controla formalmente al Ejército y cuenta con la lealtad de varias tribus. Tras la toma de Saná por los Huthis dimitió del cargo y quedó bajo arresto domiciliario, pero en febrero de 2015 logró escapar de la capital y se retractó de su renuncia.
Ahora la sede oficial del Gobierno está en Adén, la capital histórica de Yemen del Sur. Desde allí, Hadi ha lanzado un llamamiento al Ejército a permanecer fiel a las autoridades y combatir a la insurgencia. En particular, acusan a los huthis de ser un satélite de Irán.
EL EXPRESIDENTE SALÉ
Mientras, Salé --presidente entre de Yemen del Norte entre 1978 y 1990 y del Yemen unificado hasta 2012--, según Estados Unidos y sus aliados estaría empleando su influencia en favor de los huthis --él mismo es yazidí-- y lograr así volver al poder a sus 73 años de edad.
AL QAEDA EN LA PENÍNSULA ARÁBIGA
Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) también ha aprovechado las turbulencias políticas y el vacío de poder para hacerse con amplias extensiones de terreno en el centro de la costa sur del país.
Durante años ha sido una de las filiales más activas de la organización terrorista islamista global y ha perpetrado graves atentados tanto en Yemen e incluso ha realizado incursiones en territorio saudí.
A pesar de las sucesivas ofensivas del Ejército y de los bombardeos de los 'drones', aviones no tripulados, estadounidenses, conserva importantes reductos en el sur y el este del país.
INDEPENDENTISTAS SURYEMENÍES
El Movimiento Sureño, también conocido como Hirak, es una inestable coalición de organizaciones independentistas suryemeníes que aspiran a restablecer el Estado de Yemen del Sur, nacido al amparo de la Unión Soviética.
El aperturismo de finales de la década de 1980 propició un acercamiento al prooccidental Yemen del Norte y finalmente se alcanzó un acuerdo de unificación en 1990. Sin embargo, en 1994 una nueva crisis política provocó la declaración de secesión del sur.
En la guerra se enfrentaron los ejércitos de ambas partes, que nunca se integraron, y concluyó con la derrota del sur y la ocupación militar por parte de las fuerzas noryemeníes de todo el territorio del país.
Hirak cuenta con unamplio apoyo popular en el sur del país, pero carece de una dirección política capaz de transformar este respaldo en acciones.
ISLAMISTAS
El principal partido islamista el Al Islah, una organización con fidelidades basadas en la religión, pero también en las afinidades tribales. Cuenta con un importante apoyo en todo el país y se perfilaba como una de las principales fuerzas políticas tras la Revolución contra Salé.
Sin embargo, el avance de los huthis ha eclipsado su influencia. Además del apoyo popular, están aliados con el general Alí Mohsen al Ahmar, a quien deben lealtad importantes brigadas del Ejército. Al Ahmar ha huido a Arabia Saudí.
