Archivo - Un termómetro de una farmacia marca 39C durante una ola de calor en Santa Cruz de Tenerife - EUROPA PRESS - Archivo
SANTA CRUZ DE TENERIFE 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública y en coordinación con el Ministerio de Sanidad y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), informa este lunes de que cinco municipios de Gran Canaria --Agüimes, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía de Tirajana y Aldea de San Nicolás-- estarán en aviso rojo por altas temperaturas desde el próximo martes y hasta el jueves.
Además estarán en aviso naranja los de Artenara, Ingenio, Santa Brígida, Tejeda, Telde, Valsequillo y Vega de San Mateo.
En el caso de Tenerife serán Arona, Granadilla de Abona, La Orotava, San Miguel de Abona y Vilaflor los que se encuentren aviso naranja este martes y el miércoles; en Fuerteventura, en el municipio de Pájara, los mismos días, más Antigua, Puerto del Rosario y Tuineje en aviso amarillo mientras que en Lanzarote, serán San Bartolomé y Tías los que estén en aviso amarillo.
La Dirección General de Salud Pública, que coordina en Canarias el Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud desde 2004, tiene establecido un sistema de vigilancia epidemiológica del impacto de las altas temperaturas sobre la salud de la población, coordinado con los centros asistenciales y de urgencias de Canarias, así como el aviso a estos centros y a los ayuntamientos afectados de la previsión de situaciones de alerta.
Los umbrales de temperatura establecidos en 2023 son 33 grados centígrados para la provincia de Las Palmas de Gran Canaria y 34 grados centígrados para la provincia Santa Cruz de Tenerife, recoge una nota del Ejecutivo.
La vulnerabilidad a las altas temperaturas incluye factores de riesgo personales, como ser mayor de 65 años, lactantes o gestantes y ambientales, locales y laborales, entre otros.
Así, las recomendaciones dirigidas a la población vulnerable son permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite; reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día; beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice; evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación; prestar especial atención a bebés, menores, mujeres embarazadas o lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol); usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar; no dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado --especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas--; consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas; ingerir comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor --ensaladas, frutas, verduras, zumos-- y mantener las medicinas en un lugar fresco porque el calor puede alterar su composición y sus efectos.