Incendios.- Afectados por catástrofe en Gran Canaria en 2007 se ven "olvidados" y critican "dejadez" institucional

Europa Press Islas Canarias
Actualizado: lunes, 27 julio 2009 16:24

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 27 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los afectados por el mayor incendio forestal acontecido en Gran Canaria hace justo hoy dos años confiesan sentirse "olvidados", al tiempo que han denunciado la "pasividad y dejadez" del Gobierno central, el Ejecutivo regional, la Delegación del Gobierno en las islas y el Cabildo a la hora de resolver la "terrible catástrofe", una tragedia que alertan de que puede repetirse este verano por "el lamentable estado del monte".

Así lo informó hoy en rueda de prensa en la capital grancanaria el portavoz de la Plataforma de Afectados, Víctimas y Damnificados por los incendios 'Más Nunca', Gustavo Rodríguez, que recordó que el "voraz incendio", la peor catástrofe medioambiental que se recuerda en la isla, arrasó durante cinco días 19.291 hectáreas, 8.000 de ellas de bosque, quemó más de un centenar de viviendas, destruyó fincas agrícolas, exterminó ganado y obligó al desalojo de 4.550 personas de cuatro municipios.

Criticó que los planes de emergencia "siguen sin estar redactados", al igual que Gran Canaria continúa aún, y desde 1987, sin disponer de los planes de uso y gestión de los espacios naturales, como el del Parque Rural del Nublo, y sus fichas financieras, para evitar futuros desastres. "Ni tan siquiera la declaración de Reserva de la Biosfera en 2006 ha servido para disponer de una herramienta real y efectiva, ya que aún no se ha creado ni su Consejo Rector", apostilló Rodríguez, que incidió en que "dos años después no se ha asumido ni una sola responsabilidad".

De las cerca de 2.000 personas afectadas por la catástrofe, aproximadamente mil han recibido ayudas en materia de agricultura y ganadería y alrededor de 60 en viviendas. No obstante, 128 de las 224 ayudas solicitadas al Estado para restaurar los bienes patrimoniales afectados han sido denegadas, es decir, el 66 por ciento. Otras 67 familias rechazaron formular sus peticiones para "evitar el marasmo burocrático".

Coincidiendo con el segundo aniversario del gran fuego que asoló la cumbre y pinares de Gran Canaria, Rodríguez expresó su más profunda muestra de solidaridad con todas aquellas personas afectadas por los incendios de todas las comunidades y particularmente con las familias de los bomberos fallecidos.

"Hoy se cumplen dos años de pérdidas irreparables que han destruido el medio natural, el patrimonio etnográfico, viviendas que superan los 200 años de antigüedad, negocios, fincas, animales y por supuesto a los seres humanos. Fuimos víctimas que sobrevivimos al incendio y ahora somos supervivientes de la burocracia", agregó el portavoz, que compareció acompañado por una decena de afectados con camisetas con el lema 'Exigimos justicia. No caridad. Estamos quemados' y con una pancarta titulada "les importamos menos que un pimiento".

PROMESAS Y ANUNCIOS INCUMPLIDOS

Y es que sostienen que de todos los anuncios que se hicieron a pie de fuego, en el que había "una oportunidad electoral", dos años después "aún siguen sin cumplirse" y "está pendiente" la invitación del presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, de la delegada del Gobierno en las islas, Carolina Darias, y del consejero de Medio Ambiente del Cabildo, Juan Salvador León.

"A ellos no se les quema anda, por no quemarse no se les quema ni el remordimiento ni la conciencia. Se les quema la memoria, lo que les permite olvidar, borrar y seguir en su despacho como si nada ocurriera", estimó Rodríguez, que protestó ante la "descoordinación" entre las administraciones.

De hecho, considera que la apuesta por las herramientas de actuación frente a incendios, como la limpieza de montes y barrancos, cortafuegos, tomas y nuevos depósitos de agua, tuberías galvanizadas y mejora de accesos, entre otros, "siguen siendo una asignatura pendiente".

Manifestó que el Gobierno de España respondió a estos hechos con un Consejo de Ministros extraordinario aprobando un decreto de ayudas que "no se ajustó a las víctimas", puesto que a 148 personas se les han denegado las ayudas por no adaptarse a dicha normativa al "no tener asegurada las casas, porque la renta de la unidad familiar superaba lo establecido y por considerarlas segundas residencias", algo que Rodríguez negó ya que señaló que éstas son "sólo un 2 por ciento".

El Gobierno canario ha cuantificado las pérdidas en agricultura y ganadería en 1,2 millones de euros, mientras que las valoraciones particulares superan esta cantidad en aproximadamente otro millón más. Una parte de los terrenos se ha podido recuperar, aunque, después de dos años, casi una treintena de lugareños de los puntos perjudicados han fallecido y "no han podido ver recuperadas sus zonas calcinadas".

De este modo, denuncian que dos años después "la clase política del archipiélago ha demostrado no estar a la altura de las capacidades necesarias que exige la población" y "ningún representante político se ha atrevido a visitar la zona" con la plataforma de afectados, quienes exigen a la Delegación del Gobierno, al Gobierno de Canarias y al Cabildo grancanario "sentarse en la misma mesa para abordar la gestión de la catástrofe".

UNA TRAGEDIA "MÁS QUE CANTADA"

Por otro lado, Rodríguez admitió que esperaba que "un juicio justo esclarecería todo lo ocurrido y depurara las responsabilidades con la mayor celeridad posible", pero el juez encargado del caso ha encargado una prueba pericial externa por lo que el juicio se demorará uno o dos años más.

Asimismo, cuestionado sobre la decisión del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 2 de Arucas de prorrogar la prisión provisional para el autor confeso del incendio forestal, Juan Antonio Navarro Armas, de 39 años, Rodríguez señaló que "ha cometido un delito, pero si no hubiera sido él hubiera sido cualquier otro elemento por el estado en el que estaba el monte".

"De una u otra manera esa catástrofe estaba más que cantada y anunciada. Toda la responsabilidad no recae en él, sino muy mucho en las administraciones que no cumplieron con sus deberes y tenían el monte como lo tenían", aseveró. Además, recalcó que actualmente el estado de la cumbre "sigue siendo lamentable" y si volviera a ocurrir el gran fuego "habría que correr mucho". "Ojalá no se repitiera, pero si las inclemencias meteorológicas coincidieran que Dios nos coja confesados", señaló tajante.

Igualmente, dejó claro que si se produjera de nuevo el devastador incendio las personas que viven en las zonas afectadas no volverían a abandonar sus casas, fincas, negocios y animales y, en caso contrario, las tendrían que evacuar "con violencia". "Quienes habitábamos en el medio lo conocíamos, muchas personas estaban preparadas y seguro que la catástrofe se hubiera minimizado", expresó convencido.

En este sentido, destacó la "herencia de cientos de años transmitida de generación a generación, una experiencia que es tan valiosa e importante como la que se estudia hoy en las universidades".

Por otro lado, agradeció la labor del equipo de voluntarias psicólogas que han ayudado a las víctimas a hacer frente al "trauma psicológico" y "estrés postraumático" que sufren desde entonces, con "graves secuelas físicas y mentales, frente al cual no hay diagnóstico ni tratamiento sanitario oficial", pero que consideran que se trata de "un daño que debe ser resarcido. "Revivimos una y otra vez con cada alerta, cada helicóptero que sobrevuela y cada sirena que oímos las terroríficas sensaciones, emociones y sentimientos de entonces", relató.

Asimismo, recordó la pérdida del emblemático pino de Pilancones y, posteriormente, el de La Lajilla. "Avisamos de su posible pérdida, sólo se trataba de apuntalar al gigante, como se hace con los dragos centenarios en la isla de Tenerife. Sin embargo, a pesar de tantos estudios, cuando cayó se informó de que el pino ya había muerto a los pocos días de extinguirse el incendio", sentenció, mientras dejó claro que "aunque quemados", los afectados están "más vivos que nunca".

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