El viaje a Jun. (EUROPA PRESS) -
El teniente de la Policía Judicial, máxima autoridad en la investigación del 'Caso Entrena', por el que se acusa a O.P del asesinato del desaparecido J.O, ha evidenciado hoy cómo el acusado tendió "una trampa" a la víctima para asesinarla y trasladar su cuerpo de forma premeditada.
En la segunda sesión del juicio, por jurado popular, en el que O.P se enfrenta a más de veinte años por los delitos de asesinato y tenencia de armas, el teniente ha asegurado que los investigadores están "convencidos" de saber lo que ocurrió esa noche.
El móvil, ha dicho, fue el robo de unas monedas por parte de la víctima al acusado; pero el "detonante" del crimen fue "el atrevimiento de la víctima" al acudir a su casa.
Los investigadores, tras su trabajo, se apoyan en un "triángulo": indicios directos; evidencias científicas; y testimonios. Su importancia radica no sólo en la información que aportan, sino en que se complementan.
Así, por ejemplo, los restos de sangre, y adn, encontrados en la cochera lateral de la casa del acusado, coinciden, en lugar, con el que los testigos refieren como el sitio del que salieron los "gritos de dolor, desgarradores".
Testigos, ha subrayado, que no habían hablado entre ellos antes de dar testimonio en la Guardia Civil y que no estaban, por tanto, "contaminados". Una vecina, además ha aportado, se vio que había sido "intimidada" para no declarar.
Era quien mejor podía haber visto los hechos y el acusado, ha contado también el agente, era una persona "muy temida" en Entrena, con un historial "denso" conocido fuerzas orden.
Lo sucedido la noche del 29 del julio fue "preparado" y el acusado tendió una "trampa" a la víctima; pero hubo dos cosas que le produjeron "nervios", porque no las esperaba.
La primera, la aparición del vehículo de la víctima, porque no pensaba que iba a llevarlo, ya que vivía cerca, y "eso le descuadra y rompe su estrategia".
La segunda, la actitud de la denunciante, la novia de J.O, principalmente lo que hace la tarde del 1 de agosto, tras conocer que una vecina había oído gritos y montar "una escena" frente a la casa del acusado.
"Es lo que le alarma y provoca coartas con movimientos torpes como una llamada burda a un agente y una carta como intento de poner a la víctima como agresión", ha explicado.
A esto se une que el hermano del acusado hace una llamada, al 112, y habla de que J.O está muerto. Los investigadores entienden que ese desliz, ya que en ese momento se le presumía sólo desaparecido, conlleva una confesión de su hermano.
CONVENCIMIENTO TOTAL Y PLENO
"Llegamos al convencimiento total y pleno basados en un triangulo de evidencias, científicas, indicios directos y testificales que, cada una en su forma de ser, definen hechos que relacionan lo ocurrido con el acusado y se complementan", ha relatado.
Los indicios directos son el estudio de la telefonía (incluídas conexiones a Internet), que da una "pauta de comportamiento con unos silencios absolutos" que suponen, para la investigación, que entre las 21:28 y 21:54 se da el asesinato.
Junto a esto, la presencia de un vehículo (de la víctima) en el exterior de la vivienda y, en él, "una mochila con el móvil del delito", monedas.
Las evidencias científicas son la sangre de la victima, adn de la victima y balas que "no sólo son importantes en sí mismas, porque es sangre de la víctima" sino por dónde se encuentran: en la rampa de la cochera, al lado de la furgoneta, dentro del vehículo, en un aparato y en la puerta del piloto.
Hay adn de la víctima mezclado con el del acusado "que lo sitúa en la zona de carga" de la cochera y son "importantes, también, por dónde fueron encontradas".
Junto a esto, los testimonios de los testigos son "coherentes con el lugar donde fueron encontradas las evidencias" y "esa concordancia es fundamental en tiempo y en espacio".
"Coherente" es también, igual que un "indicio", el hecho de que se encontrara sangre del acusado en la ducha, y en el bote de gel, con que la novia relatara que O.P apareció en calzoncillos cuando fue a buscarla a J.O a casa del acusado esa noche.
Dentro de la preparación de los hechos, la investigación encuadra el viaje a Logroño, al día siguiente para intentar arreglar su coche, como una "coartada".
Explica el interés por el hecho de que le llevaran a intentar meter la batería de la furgoneta que usó para deshacerse el cadáver en el coche que tenía, estropeado, en Logroño (el acusado mantiene que la furgoneta no arrancaba).
El teniente ha contado que, en la investigación, "se usaron perros de restos cadavéricos, actividades subacuaticas, batidas, se usó un georadar para zonas aledañas a la vivienda relacionadas con acusado, así como una bodega donde se buscaron dobles fondos", todo "con resultado negativo" para encontrar el cadáver.
Se hicieron dos reconstrucciones, en el mismo marco horario y en un radio de cinco minutos, en el "único camino que tenía para manejarse", que debía ser una zona sin viviendas ni tráfico.
A los agentes les dio la certeza de que iban en buen camino cuando aparecieron los restos del teléfono de la víctima. Se manejaban dos lugares posibles (uno provisional y otro definitivo). Pero no apareció el cadáver.
"La hipótesis es que se ha desecho del cadáver", ha dicho al tiempo que, a preguntas de la defensa sobre el lugar seguro para esconderlo, ha dicho: "El lugar seguro es donde está el cadáver".