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LOGROÑO, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
El fiscal del juicio de la 'Casa Cuna' ha apuntado hoy, en sus conclusiones y tras escuchar, durante cuatro jornadas, diferentes testimonios, la necesidad de que "como ha cambiado la violencia de género, esto tiene que cambiar". A su juicio, la sociedad "tiene que saber" que el comportamiento con niños tan pequeños tiene el "umbral" más alto.
En su intervención, el fiscal ha apelado a "reflexionar" sobre el comportamiento de la ex directora y dos tutoras del centro, considerando "probado", por siete testimonios, que la primera sobrepasó la línea de la violencia física y las otras dos el trato "despectivo" y "duro" en sus expresiones.
Al no tener acreditado el "golpe físico" en las tutoras ha abierto las puertas a una alternativa para ellas: rebajar el delito de violencia a falta continuada, con diez días en beneficio de la comunidad.
En cambio, sí cree que se ha acreditado que la ex directora es culpable de un delito de violencia habitual, pidiendo para ella pena de cárcel de un año y nueve meses.
Para señalar la gravedad de la actuación por parte de las tres ha dicho: "Si yo le digo a mi mujer que le voy a dar un golpe me ponen las esposas, mucho más si se lo doy". Luego ha añadido la especial indefensión de niños tan pequeños.
El Fiscal ha pedido: "vamos a ser rigurosos". Y, a continuación, ha defendido la credibilidad del testimonio de las siete docentes, trabajadoras de la Casa Cuna, que han testificado.
Con respecto a que pudiera influir que no tuviesen buena relación con las acusadas ha dicho que, entonces, no se podría admitir ningún testimonio de malos tratos "porque el matrimonio se lleva mal".
La "peculiaridad" de las frases dichas también le "invita", ha dicho, ha creer que son ciertas (como en el caso de 'no tengo el chichi para farolillos').
En cuanto a por qué no denunciaron los hechos mientras sucedían ha señalado que "es fácil pensar que se podía haber hecho algo ante una situación injusta cuando los hechos ya han pasado". Y ha añadido: "pero al final estamos aquí".
Ha apelado a pensar que "estamos hablando de niños muy pequeños" y, por tanto, a poner el listón del trato alto. "La sociedad lo tiene que entender así", ha creído.
"Un niño de un año y medio es uno de los seres humanos más indefensos que existen", ha dicho al recordar un episodio de bofetón mientras el crío comía en una trona.
Por último, ha concretado que, en el 'juego' de los zuecos, como las acusadas lo denominaban, él no interpreta que se los lanzaran para golpearles con ellos; sino una "práctica cosificadora" de los niños, tirándoles un zueco para que se callaran en vez de acercarse a ellos.
En todo este relato, ha entendido además, Eulen y el Ayuntamiento de Logroño son responsables civiles, no penales. Y a las acusadas les pide indemnizaciones para los niños de entre trescientos y quinientos euros.