Una niña de la Casa Cuna recuerda ante una sicóloga que le quemaron

Actualizado: viernes, 6 marzo 2015 16:50
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LOGROÑO, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Una niña, ex-alumna de la Casa Cuna, ha empezado a hablar de la guardería gracias al trabajo de una sicóloga y, tal y como ha contado hoy su madre, ha explicado que un quemazo que se hizo en este centro lo causó la directora empujándole contra una plastificadora.

   La madre de la niña ha subido al estrado como testigo en el juicio de la Casa Cuna, en el que el Fiscal pide cárcel para la ex directora y dos tutoras por un presunto delito de violencia. Ha relatado cómo, mientras estuvo en el centro, nunca contaba nada de la guardería y salía ronca.

   También notó, en el periodo que estuvo escolarizada en la Casa Cuna, que salía con "ansiedad" y lo expresaba en la forma de usar el chupete; y "no tenía otra obsesión que decir a todo el mundo: he comido bien, he comido bien".

   "La niña empezó a hacer cosas que en casa no hacemos", ha explicado, como llamar "asquerosa" a su madre o decir a su hermano "que le iba a pegar una hostia". Frases que coinciden con lo que, según algunas educadoras, decían las denunciadas.

   La madre ha contado, también, que cuando le reñía "se iba a la oscuridad" y si le preguntaban qué hacía decía: "estoy castigada, soy una niña mala". Otro día, se la encontró en el baño sentada a oscuras, cogiendo papeles y metiéndoselos por la nariz.

   "El noventa por ciento de los días salía con los papos enrojecidos, pero me decían que era porque hacía calor", ha relatado. Y un día salió con un quemazo en la nariz y le dijeron a la madre que se había caído en el patio. Además, dos días salió con sangre en la nariz: un día le dijeron que se había pegado un cabezazo con otro niño y otro día no le dijeron nada.

   La niña dejó la Casa Cuna a los tres años para ir al colegio y, ya allí, la profesora le preguntó a la madre si había algún problema en casa porque "no podía con ella".

   La llevaron al sicólogo y la niña "empezó a hablar"; contó, por ejemplo, "que el quemazo de la nariz se lo había hecho la directora de la Casa Cuna empujándole contra una máquina plastificadora".

   La niña, tras conocer maestras nuevas en el colegio, dice una frase que, para la madre, lo resume todo: "la señorita de las gafas (que es como llama a la ex directora de la Casa Cuna) no es una señorita de verdad, porque las señoritas de verdad no pegan".

   La madre ha relatado cómo fue "hace dos meses" cuando su hija, gracias al trabajo de la sicóloga, contó el episodio de la plastificadora y que, por la gravedad, había intentado ponerse en contacto con la Fiscalía sin lograrlo.

   Ha añadido que toda la familia, al darse cuenta de lo que le habían hecho a su hija, está atravesando un momento muy duro. La niña llegó a la guardería con menos de tres meses y, en ese momento, la destetó. Ahora, es tal su sufrimiento sicológico que le ha vuelto a subir la leche.

    Ha considerado que su hija necesita una ayuda sicológica que no puede pagar (ahora mismo está con la sicóloga del colegio) y ha contado que ha pedido ayuda al Ayuntamiento (la Casa Cuna es municipal) y se la han negado.

LA HABITACIÓN DE

   La madre de esta niña (que ahora tiene cuatro años y medio) también ha contado que a un cuarto oscuro le llama 'la habitación de' y el nombre de una niña a la que, según varias educadoras de la Casa Cuna, solían encerrar en el cuarto cambiador.

   Una de ellas ha relatado hoy, en una intervención previa a la de los padres, que la niña llegaba muy nerviosa y, si se le caía la leche del desayuno sin querer, o lloraba, la encerraban "en el cuarto cambiador, con la luz apagada y la puerta cerrada". El tiempo: hasta veinte minutos, y siempre sola, según este testimonio.

   El padre de esta niña supuestamente encerrada ha testificado más adelante y ha contado cómo su hija "encerró a una muñeca en el baño de casa y le gritó".

   El padre no se atreve a decir si es porque la encerraban en la guardería, pero también ha contado que, el tiempo que estuvo en el comedor, se despertaba por la noche gritando 'al comedor no' y, entonces, la sacaron.

   La defensa de la tutora a la que se le acusa de este encierro ha exhibido los regalos que la madre de esta niña le hizo, y las cartas de agradecimiento.

   El padre ha explicado que su mujer es "extremadamente detallista" y que les gusta esforzarse en llevarse bien con las profesoras, porque eso repercute en el bienestar de su hija. Ha añadido: "a veces te haces una barrera y no te quieres creer las cosas".

   Otras madres también han contado que, ahora, "relacionan" hechos con los que está saliendo sobre la Casa Cuna, como que sus hijos tienen miedo a la oscuridad.

   Y una ha subido al estrado para decir que su hija estuvo contenta y que en septiembre llevará a su segundo hijo a la Casa Cuna.