Archivo - El Ayuntamiento de Logroño pide casi 900.000 euros del 1,5% Cultural para competar la restauración del Monte Cantabria. - EUROPA PRESS - Archivo
LOGROÑO, 12 May. (EUROPA PRESS) -
La segunda fase del proyecto de consolidación y rehabilitación arqueológica en el Monte Cantabria comenzará en el último trimestre del año, centrándose en la zona oeste del yacimiento, y tendrán un plazo de ejecución de cuatro meses y un presupuesto de 250.000 euros.
El concejal de Patrimonio y Centro Histórico, Adrián Calonge, acompañado por el edil Rubén Antoñanzas, ha presentado este miércoles los trabajos, "dirigido a mejorar las condiciones de conservación de este espacio, permitir la correcta interpretación de los restos y facilitar la divulgación de los valores culturales que contiene este yacimiento, declarado como Bien de Interés Cultural en 2012".
Como ha detallado Antoñanzas, "este espacio de la zona oeste del yacimiento ha sido objeto de excavaciones arqueológicas a lo largo del siglo XX, cuyos resultados han quedado a la intemperie en muchas ocasiones". Se trata, en concreto, "de tres lienzos de muralla, dos cubos o torres y 8 habitaciones".
"Estos restos corren peligro de desprendimiento o de degradación si no están correctamente consolidados y son un peligro para los visitantes, ya que se localizan a diferentes alturas por lo que hay riesgo de caídas", ha señalado el edil regionalista.
Ha añadido que "los agentes atmosféricos, tales como la lluvia, la nieve o el viento hacen que se degraden las argamasas de estos elementos constructivos, se produzca la meteorización de la piedra y se facilite la acumulación de sedimentos sobe los que crece la vegetación silvestre que, debido a sus raíces, ha provocado que parte de los sillares se disgreguen o, incluso, que se caigan".
A todo esto, además, como ha lamentado, "se suma el vandalismo al que son sometidos los restos, donde se han localizado residuos, pintadas o accesos indebidos al conjunto".
"No obstante, tras las últimas intervenciones realizadas en el recinto de entrada del yacimiento, ha habido una importante concienciación sobre la valoración de los restos de Monte Cantabria, por lo que consideramos que debemos continuar dando visibilidad y trabajando por este espacio histórico para que se convierta en un punto de atracción para los logroñeses y logroñesas, la comunidad educativa y el turismo que atrae nuestra ciudad", ha afirmado Rubén Antoñanzas.
LA SEGUNDA FASE.
Por su parte, como ha especificado Adrián Calonge, esta segunda fase de la intervención se suma a la ya realizada en el área norte del yacimiento, la zona de acceso, conocida como primera fase, que ha dado luz a diferentes vestigios históricos desde la época prerromana.
La segunda fase del proyecto de consolidación y rehabilitación en el recinto amurallado de Monte Cantabria se iniciará con un estudio arqueológico previo.
Un análisis "con el objetivo de determinar el proceso constructivo de los paramentos del conjunto (revisión de la producción científica anterior, características de cada lienzo de la muralla, su trazado histórico o las modificaciones realizadas, la composición de los materiales empleados originalmente o en sus posteriores reparaciones, etc.)".
El proyecto continuará con "la consolidación de las fábricas de piedra que conforman la muralla y de los muros de las estructuras excavadas; los diferentes drenajes que afectan a la conservación de todos los elementos del conjunto; la recreación de los niveles de pavimento medieval de las habituaciones del recinto y de los espacios de la zona intramuros; y la delimitación del espacio con un cerramiento que dificulte el acceso de vehículos rodados por la ladera oeste".
En el interior del recinto amurallado la actuación se centrará en los espacios excavados. "Está constatado que en estas zonas se produce un drenaje natural a través de las gravas del subsuelo, por lo que una vez realizada la limpieza y el desbroce superficial se efectuará una excavación arqueológica para recuperar los perfiles del suelo medieval, por ejemplo, en varias de las habitaciones del recinto", ha apuntado el concejal de Patrimonio y Centro Histórico.
En cuanto a los tratamientos de protección, "los restos arqueológicos, los silos y las pavimentaciones se protegerán con una manta geotextil de alta densidad". Con el objetivo de crear un filtro que proteja los elementos arqueológicos y que facilite un drenaje natural de aguas limpias, "se instalará un fieltro antirraíces para impedir la germinación de semillas de floración natural".
Respecto a los lienzos y a los cubos de la muralla, se efectuará una limpieza general y un desbroce completo utilizando técnicas de topografía especializada. Gracias a la lectura de diferentes parámetros, "se intentarán determinar los períodos constructivos, lo que servirá para identificar las zonas más sensibles y que requieren una protección especial".
"Una vez documentada esta realidad geométrica, se efectuará la restauración de los paramentos de piedra, cada uno conforme a sus características constructivas originales", ha señalado Calonge, quien ha añadido que se proseguirá reconstruyendo los lienzos desmoronados partiendo del material original.
El proyecto para la segunda fase también comprende la realización de determinadas obras que impidan la utilización inadecuada del yacimiento arqueológico. Así, se reforzarán los cierres de las vías de acceso al recinto para impedir el paso de vehículos rodados y se colocarán barreras para redirigir el tráfico por un recorrido que no dañe este Bien de Interés Cultural.
Además, dentro del yacimiento también se realizarán labores de mantenimiento y se repondrá la señalización de información, como la del acceso al conjunto; o de seguridad, como la que avisaba del riesgo de aproximación a un corte en altura y que fue destruida en diferentes actos vandálicos.
Calonge se ha referido también al punto de divulgación, "por tres vías, un cuadernillo, un vídeo de dos o tres minutos y una jornada divulgativa con técnicos". Finalmente, ha apuntado que "el objetivo es que el plazo de ejecución sean cuatro meses, pero, como siempre, en esto se depende de lo que se encuentre una vez se empiece a excavar", a lo que ha sumado las dificultades propias de la zona "donde no hay luz ni agua".