MADRID 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
Una acusada de intento de homicidio ha negado en el juicio que ha arrancado en la Audiencia de Madrid haber apuñalado a un hombre tras una disputa originada por un perro de raza 'pitbull', cuyos propietarios habían dejado suelto en un parque de Getafe, lo que provocó que el animal se abalanzara sobre la hija de casi dos años de la víctima.
Jonatan D.M. y Sandra C.A. se han sentado en el banquillo de los acusados por un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que la Fiscalía solicita para ambos una pena de siete años de prisión. El juicio concluirá el próximo 14 de marzo.
La víctima ha contado que el día de los hechos bajó junto a su mujer e hija al parque cuando vieron a un perro que se acercaba y enganchaba la pelota de su niña. "Recriminé a una chica al estar el perro suelto y sin bozal. Ella se encaró y al mismo tiempo recibí un golpe con un casco de moto. Caí", ha señalado.
"En el suelo, noté como un puñetazo en los riñones", ha narrado el hombre, quien ha dicho que fue la policía quien le indicó que había recibido varios pinchazos. "Yo no sabía que me habían clavado una navaja. Fue como un puñetazo seco", ha dicho y ha admitido que no vio a la chica apuñalarle.
Por su parte, su mujer ha ratificado la versión de que el perro estaba suelto por el parque y enganchó la pelota de su hija. "Teníamos miedo a que nos hiciera algo. La chica vino a insultarnos y a encararse con nosotros. A mi marido le tumbaron en el suelo de un golpe en un casco", ha recordado y ha recalcado que la acusada "estaba en el barullo".
En su declaración, Jonatan ha precisado que no era el dueño del perro y que la pelea la iniciaron unos sudamericanos que le recriminaron que el 'pitbull', cuyo propietario era un marroquí, había pinchado una pelota. "Le di a uno con el casco de la moto porque estaba pegando a mi novia. Y le dije que a una mujer no se le pegaba", ha relatada el chico, quien estaba en el parque con su novia y una amiga.
Además, ha reconocido que sabía que su entonces pareja llevaba una pequeña navaja en un llavero. "Iban bebidos y se pusieron agresivos", ha dicho el joven, quien ha relatado que le pegaron en grupo y le propinaron una paliza. "En ningún momento vi a mi novia apuñalar a nadie", ha aseverado.
RECONOCE QUE SACÓ UNA NAVAJA
Por su parte, la joven ha relatado que estaba en el parque con su pareja y vio cómo un hombre pegaba a un perro. "Le recriminé porque lo hacía y se puso agresivo. Me empujó y me dio. Escuché a Jonatan que decía: a una mujer no la tocas. Y empezaron a pegarse", ha narrado.
"Llevaba una navaja y la saqué porque tenía miedo. Era un hombre y yo tenía 17 años. Vi que tenía sangre en la mano y tiré la navaja. No sé cómo me hice los cortes", ha relatado.
En la sesión, varios testigos han indicado que los acusados llevaban el perro y que en un momento dado se les escapó. Además, uno de las personas presenciales ha dicho que no recordaba si en su día manifestó que vio a la chica tirar una navaja.
En la pericial, el forense ha dicho que la intencionalidad de las puñaladas que le provocaron dos heridas punzantes era haber producido una complicación al tocar el peritoneo, aunque las mismas en sí no pusieron en riesgo su vida al no penetrar a zonas vitales.
RELATO DE LOS HECHOS
Según el fiscal, sobre las 19.00 horas del día 2 de marzo de 2008, los dos procesados, cuando se encontraban en el parque Castilla-La Mancha de la madrileña localidad de Getafe, fueron recriminados por Sebastián G. F. debido al comportamiento del perro de raza 'pitbull' que Jonatan y Sandra habían sacado a pasear.
El animal, según Sebastián, habría mordido la pelota con la que se hallaba jugando su hija pequeña, por lo que hizo ademán de apartar al perro de una patada mientras reprochaba a los procesados no llevarlo convenientemente sujeto. Comenzó así un forcejeo durante el cual Jonatan propinó un fuerte golpe con un casco de moto a Sebastián, ocasionando que éste callera al suelo.
Posteriormente, y mientras el agredido se encontraba indefenso en el suelo, se abalanzaron sobre él. La procesada sacó una navaja de seis centímetros de hoja y se la clavó, primero en el vientre y luego en la zona lumbar sin importarle acabar con su vida. Mientras, su acompañante, aprovechando la confusión de la agresión, continuaba golpeándole duramente.