MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Florin Ciubanu, el ciudadano rumano acusado de matar hace once años en Madrid al portero de una finca y prender fuego a su vivienda, ha asegurado en su declaración ante el juez que no cobraba al fallecido por mantener relaciones sexuales, y que en alguna ocasión recibió préstamos de Carlos --nombre del fallecido-- por un importe de unos 600 o 700 euros cuando no tenía trabajo.
Ciubanu, que solo ha contestado a preguntas de su abogado Ángel Juárez, ha asegurado que conoció a Carlos en un parque, donde mantuvieron sexo.
A partir de ahí, se hicieron amigos y mantuvieron una relación amorosa durante un mes y medio. El acusado también ha sostenido que no recuerda con claridad la última vez que estuvo en casa del fallecido, donde se personó unas seis o siete veces, y que cree recordar que lo vio por última vez en una sauna a donde Carlos le invitó.
A este respecto, ha alegado enterarse de la muerte de Carlos en el momento en el que se le notificó en Rumanía que estaba siendo investigado por la justicia española, y que no se despidió del fallecido.
Ciubanu, que se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Estremera, ha señalado que no fumaba en la época de la muerte de Carlos, y que quedaba con éste principalmente los fines de semana por la tarde, no después de las 22 horas, porque debía volver a Fuenlabrada --donde vivía-- en tren. Ha puntualizado, a su vez, que encontró en varias ocasiones una gran cantidad de bolsas de basura en la casa de Carlos, y que él le ayudaba a bajarlas.
El hombre rumano, que ha explicado que vivió en España desde verano de 2005 hasta septiembre de 2006, ha argumentado que volvió a su país porque conoció a una mujer rumana en febrero de ese mismo año, con la que no se casó, se quedó embarazada y decidieron que diera a luz en su tierra natal. Además, ha señalado que ha estado casado con una mujer con la que no ha tenido niños.
Por último, Ciubanu ha explicado su estancia en la cárcel en Rumanía, donde fue condenado por robo con violencia y allanamiento de morada. Con respecto a ésta última, ha detallado que estuvo unos 2 años en prisión tras entrar en casa de una vecina para pedirle a su hijo que le devolviera un dinero prestado.
"'EL GRIEGO'"
Durante la sesión de este martes también han comparecido varios testigos a petición de la acusación, entre los que se encontraba un amigo cercano de Carlos, que ha señalado, en contraposición con lo argumentado por Ciubanu, que era "muy limpio, ordenado y generoso".
Este amigo ha identificado a Florin como 'El Griego', de acuerdo con el nombre con el que le conocía Carlos, aunque nunca llegó a ver en persona a este hombre rumano. En este sentido, el abogado de Ciubanu ha negado en declaraciones a los medios posteriores a la vista que su cliente fuera 'El Griego'.
El testigo ha explicado que quedó con Carlos en el Parque del Retiro en la tarde de su fallecimiento. Una vez allí, el fallecido recibió varias llamadas, entre ellas las de 'El Griego', con el que quedó a solas en la Estación de Atocha para volver al citado parque.
A una pregunta del Jurado Popular, este testigo ha señalado que Carlos mantenía "una relación contaminada" con 'El Griego', ya que el fallecido le presentaba a todos sus parejas, pero no a este, lo que le resulta "muy raro". También ha explicado que Florin estaba casado y tenía hijos en Fuenlabrada.
"CARLOS ERA BUENA PERSONA, TRABAJADOR Y TRANQUILO"
Por su parte, los tres vecinos de Carlos que han testificado este miércoles ante el juez han destacado que llevaba unos tres años trabajando en la finca como portero en el momento de su muerte, que era "buena persona, trabajador y muy agradable". También han señalado que nunca tuvieron un problema con él o escucharon ruidos y discusiones.
Los tres testigos vecinales también han coincidido en que escucharon ruidos procedentes de la portería en torno a las 24 horas, como caída de muebles, pero no una discusión ni ruidos, y que salía humo de la vivienda hacia el patio interior.
Por último, han comparecido como testigos tres policías que acudieron al domicilio de Carlos el día de su muerte. Todos han señalado que olía a quemado, era un piso pequeño y que el fallecido yacía en el suelo, a pocos metros de la puerta, boca abajo, con un cuchillo clavado en su espalda y un amplio charco de sangre.
Según las conclusiones provisionales del Ministerio Público, Ciubanu comenzó a acuchillar a su víctima con la intención de acabar con su vida. Le infligió las heridas con dos cuchillos de tipo jamonero.
A continuación, y para evitar ser descubierto, se dirigió al dormitorio de la víctima, sacó ropa del interior del armario, la arrojó a los pies de la cama y le prendió fuego, con lo que provocó un incendio que tuvo que ser sofocado por los bomberos. Fueron éstos los que localizaron el cadáver con dos cuchillos clavados en la espalda.
