MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Uno de los acusados del asesinato de una comerciante china en San Blas ha manifestado que el 10 de febrero de 2008 estaba vendiendo objetos robados en el Rastro y no se encontraba en la escena del crimen, que tuvo lugar en la confluencia de las calles Aquitania con Toscana en el distrito de San Blas.
La Audiencia Provincial de Madrid ha comenzado a juzgar a Rafael Alberto G. y Antonio D., ambos toxicómanos, quienes se enfrentan a 29 años y 5 meses de cárcel por un delito de homicidio, otro de robo con violencia y un tercero de tenencia ilícita de armas. El juicio prosigue mañana con la declaración de los principales testigos.
La Fiscalía de Madrid les acusa de asesinar a Cuizhu Zhang, de 49 años, en el transcurso de un atraco que se produjo en el interior de la tienda de alimentación de su propiedad en el distrito de San Blas.
En el juicio, Rafael Alberto G. ha relatado que se dedicaba a robar coches, pero ha negado ser el autor del asesinato, según ha indicado su abogado a Europa Press. El letrado ha insistido en que no hay pruebas de cargo contra su cliente.
El abogado ha apuntado que el marido de la víctima en su día aseguró que los atracadores eran dos jóvenes entre 15 y 35 años. Además, ha señalado que éste les reconoció posteriormente en una rueda de reconocimiento, a pesar de que supuestamente el día del atraco cubrían sus rostros con pasamontañas.
ATRACO A UN ESTABLECIMIENTO
El suceso se produjo el pasado 10 de febrero a las 14.00 horas cuando dos individuos accedieron a un establecimiento de comestibles situado en la confluencia de las calles Aquitania con Toscana. En el interior estaban los propietarios; la pareja formada por Cuizhu Z., de 49 años, y Tingbiao C., de 62.
Los atracadores esgrimieron una pistola y exigieron la recaudación. Las víctimas se resistieron y los asaltantes dispararon a ambos. La mujer falleció en el momento y el varón, alcanzado en el pecho, fue trasladado al hospital Gregorio Marañón.
La familia de Rafael Alberto G. ha defendido desde su detención en que es "inocente". Su hermana denuncia que se le ha utilizado de "cabeza de turco" por dejación de funciones de las Administraciones Públicas en la investigación y recuerda que no existen "pruebas" contra él.
En declaraciones a Europa Press, Belén ha relatado que, en el momento de los hechos, Rafael se encontraba en el Parque El Paraíso de San Blas, situado "a dos kilómetros" del establecimiento que regentaban los ciudadanos chinos y donde se produjeron los disparos. "A la hora del homicidio, antes y después, mi hermano estaba en el Parque Paraíso comprando y consumiendo droga", ha reconocido.
PRUEBAS CONTRADICTORIAS
En este sentido, ha reprochado que las autoridades judiciales han desestimado como pruebas válidas el vídeo de la estación de Metro de Simancas, próxima a donde se encontraba su hermano, si bien se congratuló porque ahora sí hayan aceptado escuchar las declaraciones de varias personas que estuvieron con Rafael cuando ocurrió el homicidio.
Por contra, Belén ha recalcado que hasta el compatriota chino que resultó herido, "el principal testigo", nunca ha declarado en contra de su hermano ni le ha culpado, si no que culpa de los hechos a "dos menores de 16 a 18 años".
Otra de las pruebas que para Belén contradice que su hermano pueda ser el culpable es que los testigos afirman que "quien llevaba el arma era zurdo", cuando su hermano "es diestro", y que "dicen que llevaba zapatos", cuando Rafael "sólo puede usar zapatillas de deporte" por una dolencia en el pie.
Tan solo un testigo, que en un primer momento declaró a la Policía que "vio salir a dos personas encapuchadas", es quien indicó en la rueda de reconocimiento de los presuntos actores de los hechos en contra de su hermano "sin género de dudas". "¿Cómo puede decir sin género de dudas cuando primeramente has dicho que iba encapuchado?", se cuestiona.
"No coincide ninguna descripción de los testigos con mi hermano. Mi hermano no tiene pelo, tenía 43 años cuando le detuvieron, es ex drogadicto, no aparenta 20 ni 18 años como casi todos dicen", ha argumentado Belén.
Así, ha relatado que su hermano tiene "37 antecedentes" por robo de coches y ha aseverado que "nunca jamás ha atracado, ni ha sido violento, ni ha hecho daño a nadie" y relaciona el hecho de que esté en prisión a que "la Policía estaba muy cansada" de Rafael y se le ha utilizado de "cabeza de turco".
CONFIANZA EN SU INOCENCIA
Visiblemente apenada, Belén ha esgrimido que "no es nada justo" que permanezca entre rejas cuando es "inocente". "Le están quitando un derecho que nadie se lo puede quitar porque es inocente. Nada más tienes que hablar con mi hermano, mirarle a la cara y hacerle la pregunta. Con sus ojos te va a decir que no", ha sentenciado llorando.
La familia de Rafael se enfrenta al juicio hoy en la Audiencia Provincial de Madrid con el único objetivo y confiados de que su hermano saldrá de la cárcel y, "sobre todo", con su nombre "limpio". "Que nadie le apunte con el dedo", zanjó.