Los acusados de prostituir a una menor aseguran que la denuncia responde a una venganza de la familia

Los abogadores defensores relacionan a su madrastra con el 'clan de la chata'

Audiencia Provincial de Madrid
EUROPA PRESS
Europa Press Madrid
Actualizado: martes, 3 mayo 2011 16:09

MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Dos acusados de prostituir a una menor de nacionalidad peruana han manifestado en el juicio que la denuncia que dio origen al procedimiento responde a una venganza de la familia de la joven, relacionada con el recién desarticulado 'clan de la chata'.

Guillermo Eduardo L.S. y Jesús M.G se han sentado en el banquillo de los acusados por dos delitos de abuso sexual, agresión sexual y prostitución cometidos contra la víctima, que en el momento de los hechos tenía 14 años.

El fiscal solicita para ellos 36 y diez años de prisión. El juicio proseguirá mañana con los informes psicológicos que determinarán la validez de la declaración de la víctima.

En su declaración, Guillermo Eduardo L.S. ha relatado que conoció a la joven por medio de su familia y ha señalado que ésta le comentó que tenía 16 años. Según su relato, iniciaron una relación consentida a finales de 2005 y mantenían encuentros sexuales, siempre "voluntarios y consentidos". "Éramos pareja. Ella lo consentía", ha aseverado.

El acusado ha reconocido que llegó a enamorarse de la chica. "Vi en ella una niña que no tenía el calor de su familia", ha recalcado el procesado, quien ha manifestado su convencimiento de que la denuncia responde a una venganza de su familia por unos problemas que surgieron a raíz de la venta de un coche.

El abogado defensor ha relacionado a la familia de la chica con el desarticulado 'Clan de la chata'. Este grupo cayó hace unos días en una operación en la que se intervino más de 40 kilos de cocaína en Madrid, San Fernando de Henares, Torrejón y Alcalá, entre otras ciudades.

El letrado ha indicado que la madrastra de la víctima habría ido a la prisión para pedir 20.000 euros a cambio de que su hija retirase la denuncia. Según el letrado, la madrastra sería la líder del 'clan de la chata'.

NIEGAN EL DELITO DE PROSTITUCIÓN

A preguntas de la fiscal, el acusado ha negado que obligara a la chica a mantener relaciones con otros hombres a cambio de dinero, así como que empleara la fuerza para forzarla a los encuentros.

Esta versión ha sido certificada por el otro acusado, que era el propietario del hostal donde tenían lugar los contactos. Jesús M. ha negado conocer a la chica y ha asegurado que sólo la vio en dos ocasiones con el otro procesado.

Por su parte, la joven ha relatado que Guillermo le forzaba a las relaciones bajo la amenaza de que tenía información de su familia. "Por temor lo hacía", ha recalcado la chica, quien ha ratificado que le obligaron a mantener relaciones con otras tres personas, entre ellas el dueño del hostal.

Además, ha contado que trató de ocultar los hechos para que su familia no se preocupara. Sin embargo, su hermano vio un vídeo donde aparecía ella con Guillermo y decidió acudir a la Policía.

ACUSACIÓN

El relato del fiscal narra que el primero de los acusados, en una fecha indeterminada del mes de febrero de 2005, obligó bajo diferentes amenazas a una menor, alumna de un instituto de Torrejón de Ardoz, a ir con él del centro escolar a la habitación de un hotel situado en la localidad de Arganda del Rey.

Tras forzarla a desnudarse, colocó una cámara de vídeo y salió de la habitación para volver momentos después con un individuo, que se encuentra en busca y captura, que "manoseó a la menor, si bien y ante su resistencia, desistió".

A continuación, según el fiscal, entró otro hombre en la habitación que al ver la edad de la joven desistió también de satisfacer con ella sus deseos sexuales, aunque eso sí, abonó a Guillermo los 100 euros que ambos habían convenido como precio por el contacto que iba a mantener.

Escasos minutos después, prosigue el relato del fiscal, "entró Guillermo en el cuarto, encendió de nuevo la cámara y empezó a tocar a la menor por todo el cuerpo antes de forzarla de modo completo". Desde los mencionados hechos y hasta el mes de marzo de 2007, unas tres veces por semana, el procesado acudía a recoger a la menor al instituto, iban a la misma habitación del mismo hotel, redoblaba las amenazas hacia ella y sus hermanas y mantenía con la chica relaciones íntimas.

La joven aceptaba estas relaciones por el temor que sentía y por ser conocido de su familia. En torno a esta última fecha, el dueño del hotel, de común acuerdo con Guillermo, entró en la habitación y tras golpear a la menor logró mantener relaciones íntimas. Idéntico comportamiento y actitud tuvo el procesado que se encuentra en busca y captura. Al menos tres contactos sexuales fueron grabados con la cámara de vídeo.

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