MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Diccionario de Madrileñismos cuenta ya con una segunda edición en la que se ha pasado de las 6.553 entradas con que contaba en su estreno a las 7.815 de este nuevo volumen en el que se pueden encontrar nuevos términos como bolazas, cehomo o drogadizo.
Según han explicado sus promotores, el trabajo no se dio por acabado a pesar de la publicación del diccionario sino que continuaron las tareas de recolección, que han pasado por distintas fases.
En primer lugar, se han buscado listas de voces de interés que hubiese en las páginas web de todas las poblaciones de la Comunidad de Madrid. En consecuencia, ha aparecido algún término como un helga de Arganda del Rey.
Por otra parte, ha continuado la recogida de palabras a partir de trabajos de carácter histórico, folklórico o antropológico y de otra naturaleza, como las guías turísticas y de recorridos por la provincia o algún folleto más.
A la par, se han realizado encuestas en diversos lugares y se ha incorporado una pequeña cantidad de voces de las que sus responsables han tenido conocimiento de manera esporádica. En total, son 37 títulos nuevos los que se han añadido a la relación de fuentes (con lo que se alcanzan las 191), más lo obtenido a través de las encuestas y de manera oral.
Se han corregido las erratas y errores, especialmente la duplicación de entradas para acepciones diferentes, que se han unificado. En algunos artículos se ha reordenado el contenido, en otros se han suprimido repeticiones y en otros se ha mejorado la definición.
BOLAZAS, CEHOMO O DROGADIZO
Algunos de los términos que se han incluido con bolazas, cehomo o drogadizo. En Cenicientos, un bolazas es una persona muy vaga, mientras que la haragana y sucia es un cehomo. En Morata de Tajuña el drogadicto es drogadizo y endrogadito.
En Chinchón el afeminado es un senaguas y la persona poco aseada y desastrada es un fandingo. En Valdilecha la gazpachera es la mujer muy cotilla, metijosa y refitolera. En Valdilecha el magán es el holgazán, gandul, vago.
En Arganda del Rey, el sacamantecas, el ser imaginario con que se asusta a los niños, se llama tragamansitos y también sacasebos. En Bustarviejo el pezgato era lo que en otros lugares se llamaba pergato o albarca de pata, esto es, la albarca hecha con el cuero de las patas del ganado vacuno o de los asnos.
Por lo que respecta a los platos tradicionales y alimentos, el tribollo en Fuentidueña de Tajo son los tallos jóvenes de cardo revueltos con huevo o en tortilla. En Orusco y Valdilecha el milindrón es el repápalo, dulce hecho de harina y miel.
En Arganda del Rey un jariguay es un vasito de refresco de naranja. La hogaza de la soledad es en Robledillo de la Jara la pieza de pan tradicional, grande, redonda, de 1 killo de peso, con varios cortes en su superficie, haciendo cuadrados.
