Entierro de la sardina en la Casa de la Villa. - EUROPA PRESS
MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
El tradicional entierro de la sardina de MAdrid, protagonizado por la Alegre Cofradía en la Casa de la Villa, ha tornado este año en una reivindicación contra la guerra en Ucrania. "Que este conflicto acabe lo antes posible a través de la paz", han manifestado al comienzo del pregón, donde han pedido asimismo un aplauso "por la paz y el pueblo ucraniano".
Sentidas plañideras con velo, cofrades con capa negra y sombrero de copa han llevado el ataúd de la sardina ante el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para despedir a Don Carnaval y recibir a Doña Cuaresma en un acto reivindicativo en contra de la guerra de Rusia contra Ucrania.
"Si los cobardes que deciden las guerras, tuvieran que ir a pelearlas, viviríamos todos en paz", ha apuntado el cofrade Aure del Rey al comienzo del pregón ante el regidor, la vicealcaldesa, Begoña Villacís; la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre; la portavoz socialista en Cibeles, Mar Espinar; la delegada de Cultura, Andrea Levy, así como el concejal de Centro, José Fernández, y la edil de Vox Aránzazu Cabello.
Durante la lectura, se ha recordado que en el siglo XVIII, "más de dos siglos van, Madrid, costa no tenía; Carlos III reinaba y el pescado no venía, ¡y Carolo traerlo mandaba! Le hablaron que si de Huelva, y luego de Santander, él por matar las miserias, la sardina hizo traer".
"Cierto es amigos de Cofradía que el transporte* bueno no era, faltaba el Metro y el Cercanías. La Sardina llegó flojeras. De su estado les dio pena y el corazón les tocó, había que respetarla, no había sido su intención", han señalado a continuación.
Del mismo modo han recordado las "muchas cosas" que han pasado en el siglo XXI, entre ellas "alcaldes, filomenas, mascarillas y encerrados". "Cierto es amigos de Cofradía que con esto de la pandemia ya íbamos teniendo ganas de tener juerga o de ir de feria. Unos dicen que es bocarte, y otros que boquerón, pero lo único cierto es que no es un tiburón", continúa el escrito.
"En el 2022, con el bicho aún al acecho, sacamos nuestra sardina con chanzas y despecho, y porque ella se lo merece, ¡queremos darle un entierro! De Cascorro hasta la Villa, y olé. Varias plazas han pasao. Irreverentes seguimos, y olé. Alegres y desmadrados", expresaba la Alegre Cofradía.
"La sardina ya se ha muerto, que pena señor alcalde. Con lo fresquita que estaba y la enterramos esta tarde. Con sarcasmo y con charanga, entre bromas y alegrías enterramos la sardina, tras más de 200 años, el entierro continúa. ¡Ay, pobre parrocha mía! Mas... ¿qué te pasa sardina? Estás triste y cabizbaja. Si las normas lo permiten y la mascarilla no bajas, seguro que don José Luis el próximo año nos agasaja", ha finalizado el escrito.
A continuación ha tomado la palabra el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, quien ha mostrado su honor de ser cofrade de honor (desde hace dos años), y ha resaltado la "extraordinaria calidad humana" de la Alegre Cofradía, demostrada con su recuerdo al pueblo ucraniano.
Ha recordado cómo, según cuentan las crónicas, hace 254 años, "Madrid vivía una desastrosa hambruna y el mejor alcalde de Madrid, Su Majestad Carlos III, encargó de allende la montaña de Castilla, en Santander para más señas, un cargamento de sardinas que, debido a la larga distancia o la defectuosa salazón, llegó en lamentable estado a la capital de su Reino".
Por ello, fue necesario "sepultar el pescado", que era la "única fuente de proteína animal para los madrileños durante una Cuaresma que se les echaba encima y que, en aquella época, dictaba abstinencia de carne no solo los viernes como ahora, sino durante los cuarenta días que quedaban hasta Semana Santa".
"En seguida, el talento del pueblo de Madrid, chirigotero y siempre proclive a expansivas muestras de alborozo, convirtió el entierro en excusa para visitar periódicamente los frescos parajes adyacentes a nuestro río Manzanares, todo ello en una suerte de romería a la que pronto se le otorgó un simbolismo", ha narrado el primer edil madrileño.
ENTERRAR "LO PODRIDO" Y "EL PASADO"
Almeida se ha dirigido a los madrileños, a quienes les ha comunicado que en este acto se entierra "lo podrido del pasado, los malos momentos del año que pasa". "Y lo hacemos con la intención de no regodearnos en ellos y con el propósito claro de que nada ni nadie nos quite la sonrisa de los labios, ni la alegría en el corazón", ha apuntado.
"Enterramos a Don Carnal y resucitamos a Doña Cuaresma. Y lo hacemos para apartar de nuestra vista lo pasado, para manifestar nuestra alegría de vivir y para que, sin perder jamás el humor que constituye la prenda de honor de esta ilustre, alegre, risueña, optimista y siempre sonriente cofradía del entierro de la sardina", ha finalizado.