Más de 800 mujeres en riesgo de exclusión social han sido este año atendidas por los Centros para Mujeres de la Comunidad

Actualizado: viernes, 28 agosto 2009 16:12

MADRID, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un total de 871 mujeres y 9 menores, hijos de las mismas, en riesgo de exclusión social fueron atendidos en los seis primeros meses del año por la Red de Centros y Servicios para Mujeres de la Comunidad de Madrid, informó hoy la consejera de Empleo y Mujer, Paloma Adrados, en la visita que realizó al Centro Victoria Kent.

Adrados manifestó la buena impresión que le dejó el Centro y señaló "el excelente equipo de profesionales que trabajan en la residencia y que ayudan a unas mujeres jóvenes a adquirir unas habilidades sociales que necesitan, para lograr su autonomía y relacionarse con normalidad con el resto de personas."

"Se hace un seguimiento personalizado en el aspecto educativo, formativo, sanitario y psicológico para ayudar a estas jóvenes mujeres", informó la consejera de Empleo y Mujer.

Además de las residencias, la Comunidad de Madrid cuenta con otros recursos de ayuda para estas mujeres como el Punto de Atención a Mujeres con Problemas Específicos, tanto para dar formación como para buscar empleo; los 50 puntos municipales que dependen del Observatorio de la Mujer; y los programas de atención psicosocial MIRA y ATIENDE. Con esta coordinación se pretende que "si fuera necesario desviar a una mujer, que fuera atendida de manera inmediata", afirmó Adrados.

La Comunidad de Madrid destinará, durante 2009, 772.000 euros para los centros destinados a mujeres en riesgo de exclusión social, de los cuales 280.000 euros se invertirán en la Residencia Victoria Kent

En la Comunidad de Madrid existen 6 centros de acogida, cuatro de ellos para mujeres de entre 18 y 25 años, uno para mujeres adultas y otro para reclusas y ex reclusas.

LA VIDA EN LA RESIDENCIA

La Residencia Victoria Kent acoge a 8 mujeres, 5 extranjeras y 3 españolas, que estaban en riesgo de marginación familiar y social, en situación de desamparo, víctimas de violencia de género o que han residido en instituciones y necesitan una vida normalizada. Los trabajadores del Centro ayudan a las residentes a completar ciclos de formación, que van desde el graduado escolar hasta estudios universitarios, a regular su situación en España o a encontrar un empleo que les permita desarrollar una vida normal en el futuro.

Alicia lleva casi tres años viviendo en la Residencia, ha retomado sus estudios universitarios de Biología después de encontrar empleo y encontrar una Escuela Taller. Con 24 años espera independizarse "del todo". La vida en la casa se basa en "la convivencia tranquila", en que todas se ayudan en las tareas cotidianas y en que cada una "puede hacer un poco su vida y siempre se le apoya".

Alicia señaló que pasó de no tener trabajo, dejar la universidad y pasar un año "sin hacer nada" a llegar a su nueva casa y tener "una rutina para tener una vida normal", y poco a poco darse cuenta de que "se puede salir adelante". En cuanto a la relación que mantienen con las trabajadoras sociales, la calificó de "muy buena porque son gente joven que se implica en su trabajo porque es su vocación".

Las expectativas de futuro de Alicia son "encontrar una casa con vistas a un parque, tener un trabajo más o menos estable aunque no gane muchísimo dinero pero que dé para vivir, y tener una vida sin problemas ni discusiones", además declaró ser "más feliz" que cuando llegó a la Residencia.

Cada lunes las residentes se reúnen para hablar sobre las tareas cotidianas que deben realizar durante toda la semana y solucionar los problemas que hayan podido surgir. Además los educadores organizan talleres de cocina o costura para que todas tengan una formación para cuando llegue el momento de la independencia.

Junto con las mujeres que viven en la Residencia Victoria Kent está la directora, una psicóloga, una trabajadora social y cinco educadores, de los cuales uno de ellos está siempre en el Centro, que les ayudan a ver cuáles son las motivaciones de cada una y las orientan para inscribirse en el INEM o buscar cursos y trabajo adecuados a sus motivaciones, informó la directora del Centro. Además realizan actividades lúdicas como excursiones o ir al cine.

"Es un programa a la medida de cada chica, en función de la situación física y psicológica en la que llegan y su capacitación profesional. Los casos en los que las chicas han venido muy deterioradas han permanecido en el Centro hasta 5 años, lo normal es que estén más o menos dos. Después pasan a un piso puente en el que continúa el seguimiento", afirmó la directora de la Residencia Victoria Kent. En algunos casos mantienen relación con las residentes durante años hasta el punto de haber asistido "a bodas, bautizos y divorcios porque en muchos casos no tienen apoyo familiar por lo que su único apoyo son la gente del Centro".

Preguntada la directora por la convivencia dentro de la casa afirmó que ésta "siempre trae problemas, hay conflictos y lo que se trabaja es, por ser víctimas de violencia de género, resolverlos de una forma pacífica y de la que se obtenga lo que realmente cada una busca".

En algunos casos cabe la posibilidad de reinsertarlas en sus propias familias, en especial, cuando la persona que maltrataba o "el foco de la violencia" ya no se encuentra dentro de la casa y las chicas pueden retomar la relación familiar, "pero son una minoría", manifestó la directora.