MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los policías ingresados ayer en un centro sanitario tras ser agredidos y apedreados por parte de varios exaltados en el poblado chabolista de Las Mimbreras han abandonado hoy el hospital, pero estarán de baja laboral entre diez días y dos meses, según el caso.
El primero de los heridos sufrió una dislocación del brazo después de ser agredido por un hombre, a la postre detenido, que le golpeó con una pala en el cuello y el hombro. El agente se salvó de males mayores gracias al chaleco antitrauma. Estará diez días de baja, según informaron a Europa Press, fuentes sindicales.
El segundo de los heridos, un policía del Grupo de los Alazanes tuvo un tobillo fracturado. Tras serle practicadas varias pruebas para comprobar la gravedad de la fisura, los sanitarios le inmovilizaron la pierna y el agente permanecerá un mínimo de dos meses de baja. Un tercer herido aufrió hematomas en el gemelo, que le derivaron en una fractura muscular provocada por una pedrada lanzada por un menor, detenido más tarde. Permanecerá entre 20 y 25 días de baja.
Por otro parte, otro agente tuvo que ser asistido con lesiones en la mano, tras lanzarle unos de los exaltados un inodoro contra su escudo, que resultó partido por el golpe. El policía ha terminado con un dedo lesionado pero continuará trabajando. Los otros dos funcionarios, con lesiones en el pecho y brazos por la lluvia de piedras y objetos fueron dados de alta en el lugar.
LOS HECHOS
En la mañana de ayer, un grupo de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la zona para hacer efectiva la orden judicial que establecía el desalojo de la infravivienda situada en el número 88 de la calle Canallejas, en el poblado chabolista de Las Mimbreras. Su misión consistía en asegurar la zona para permitir la actuación de las máquinas y para proteger a los funcionarios de la Empresa Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de la capital que acudían a certificar el desalojo.
Un grupo de personas que trataba de evitar esta intervención se congregó en la zona y comenzó a increpar y a agredir a los agentes, lo que provocó la respuesta de los policías y sus heridas, precisaron a Europa Press fuentes policiales.
No se esperaban incidentes, pero al llegar la Policía se congregó en el lugar un grupo en el que destacaba la persona que finalmente fue detenida por su implicación en los enfrentamientos. Se trata de un varón de 31 años cuya identidad responde a las iniciales de J.J.M, de etnia gitana. Él y su grupo rodearon la parcela que se iba a desalojar.
Cuando los policías les comunicaron que se iba proceder a la ejecución de la orden judicial, este grupo respondió con insultos como: "hijos de puta, iros de aquí, no nos vais a echar", informaron las fuentes consultadas.
LANZAMIENTO DE UN INODORO
Posteriormente, comenzaron a lanzar objetos a los policías. En un primer momento consistió en una 'lluvia' de piedras y botellas, pero minutos después y a medida que el grupo de exaltados crecía llegaron a coger barras de hierro y el material de obra que había en la zona. En un momento del incidente, este grupo llegó a lanzar un inodoro a los policías.
Fue en este punto cuando se inició la carga por parte de los agentes, que posteriormente fueron asistidos por miembros de la Policía Municipal y más efectivos de UIP.
Al detenido se le acusa concretamente de agredir a uno de los policías con una pala de obra, llegándole a golpear presuntamente en la cabeza y el hombro. Tras este golpe el agente cayó al suelo y el detenido hizo gesto de seguir agrediéndole, lo que provocó la intervención de un compañero que consiguió reducir al agresor en el suelo.
En ese último forcejeo con un segundo agente, el detenido llegó a sacar una navaja con la que intentó apuñalar al policía en el pecho, pero este agente consiguió arrebatarle el arma. Asimismo, el arrestado también intentó hacerse con la pistola reglamentaria del policía.
La detención de este individuo acrecentó la agresividad del resto de exaltados, que prosiguieron con el lanzamiento de objetos hasta que los efectivos policiales lograron controlar la situación. Otro de ellos lanzó una piedra de grandes dimensiones a un agente, que estaba de espaldas, hiriéndole en la pierna.
El agresor, menor de edad, consiguió huir pero minutos más tarde los agentes interceptaron cerca de la base de Cuatro Vientos, que se encontraba corriendo con actitud huidiza. Además de las lesiones, los incidentes provocaron daños de consideración en los vehículos policiales y en los escudos policiales, que quedaron destrozados por completo.