Operación Sana
Operación Sana - POLICÍA NACIONAL

Actualizado: jueves, 20 enero 2022 19:45

MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las redes sociales, la música rap y trap y la técnica de los 'lover boys' fueron algunos de los métodos de captación de las diez menores, al menos cinco de ellas tuteladas por la Comunidad de Madrid, por la red de proxenetas desarticulada por la Policía Nacional a finales de noviembre.

Tras los testimonios de las víctimas y averiguaciones de los agentes, han inferido que los malhechores fijaban como objetivo mujeres menores de edad en situación económica y socioafectiva altamente precaria, con baja madurez, carentes de modelos de conducta, con fracaso escolar y familias desestructuradas. Tenían predisposición a forzarlas y explotarlas sexualmente, ya que no se han observado a chicos captados por esta banda.

Las tres redes que más utilizaba la mafia para la captación de estas adolescentes eran Youtube, Instagram y Facebook. Según el informe policial del sumario, al que ha tenido acceso Europa Press, jugó un papel importante en este sentido el rapero SayMol Fyly, uno de los detenidos, que incluso se llegó a acostar con algunas de las menores. Ya en libertad provisional, ha negado pertenecer a esta banda y mucho menos su rol de captador de menores.

Sin embargo, en su videoclip 'El Bloque' aparecen unas canchas de baloncesto del barrio de San Cristóbal donde una de las testigo comenzó a tener contacto con uno de los varones investigados. En el vídeo 'Mi Dios', en la calle Matachel de Villaverde Bajo, otra de las liberadas refirió que el cabecilla captador 'El Kalifa' y otro de los detenidos frecuentaban el lugar para vender droga. En las imágenes, además de hachís, se ve una pistola similar a las luego incautadas en la operación policial.

Por otro lado, la madre de una de las víctimas, por entonces de 13 años, dijo que había estado con un dominicano 'cantante' relacionado con bandas y con el nombre de 'Niño X3', que todavía están buscando.

Los agentes señalan que los videoclips de estos cantantes con drogas, ostentación de tener dinero, coches y ropa cara, cadenas y joyas de oro, armas y locales "despiertan la curiosidad y atraen a estas menores".

Lo mismo hacía en sus fotos de Instagram, por ejemplo, otro de los arrestados, José Ángel M.L, alias Chuky; o Melvin M.C. y el cantante DJAM, investigados en enero del año pasado por una agresión sexual a una menor en una fiesta.

EL MÉTODO DEL 'LOVER BOY'

La banda desarticulada utilizaba a los más jóvenes y de peldaños inferiores a la organización para que enamoraran a las víctimas con sus encantos físicos, aportándoles una "falsa sensación de cariño, abundancia económica, detalles y promesas de llevarlas a una situación o lugar mejor".

Entre los primeros pasos que daban era iniciarlas en el consumo de drogas, hasta el punto de hacerlas adictas al consumo de base de cocaína, que genera una gran adición que, con el tiempo, se convierte en enfermiza y por la que harán cualquier cosa que les ordenen, desde transportar droga hasta acostarse con otros hombres por una dosis.

Tanto el Ronaldo Antonio M, apodado Kalifa, como Chuky, utilizan este método de captación, "relaciones en la que si bien las chavalas se encuentran enamoradísimas de ellos, hablando de ello como sus parejas, no se puede englobar en el ámbito de la violencia familiar, sino de simples señuelos necesarios para agregarlas y anexionarlas con gran apego a la actividad delictiva, momento en el que comienza la verdadera utilización de las menores" para prostituirlas, vender o transportar estupefacientes.

De hecho, siguiendo el informe, dos de las víctimas manifestaron a los investigadores que estaban enamoradas y eran "novias" al mismo tiempo de 'El Kalifa', con el que se acostaban voluntariamente. Pero otra de las liberadas afirmó que una de las anteriores además se acostaba por dinero con otros hombres, algunos viejos y con mucho dinero, en chabolas de la calle San Dalmacio. Y luego, con ese dinero se drogaba con 'El Kalifa'.

La madre de esta última chica reveló a la Policía que su hija estaba a su vez enamorada de otro dominicano de la banda, de 20 años, llamado Deiby M., alias 'Ñoco'. Por tanto, era frecuente que se enamoraran de sus proxenetas, y entraran en una especie de síndrome de Estocolmo.

CAPTACIÓN A TRAVÉS DE OTRAS MUJERES

Otra forma de captación de víctimas era la realizada por mujeres mayores de edad de la banda, que entraban en contacto con ellas en las canchas de baloncesto, en fiestas en locales como el bar 'El Patio' o en otros puntos del barrio de San Cristóbal.

En la operación Sana hay 37 detenidos y al menos cuatro de ellos son mujeres. Una se llama Carolina M.G., alias 'La Rubia', que ya fue detenida en 2019 por atraer para una banda de dominicanas a menores a la salida de un instituto de San Blas. Además, dos testigos protegidos la han señalado como captadora e instigadora de otros delitos.

"La Rubia nos mandaba a por droga a pisos cercanos al poblado donde teníamos que transportarla hasta el poblado y dársela a ella, la cual tras comprobar que estaba bien nos daba una parte... También nos mandaba a follar con cualquier chaval para aportar dinero a la banda", indicó a la Policía una de las víctimas, que añadió que esta mujer normalmente iba con Saymol.

Los agentes creen que ambos recibían las órdenes Miguel Antonio T.M., uno de los cabecillas de la red, definido por algunas chicas como "el que manda", "el más peligroso y poderoso". "Es el jefe, el que da indicaciones de la droga al resto de la venta. Además tiene armas. Miguel es una persona muy peligrosa, que vende la droga a través de Kalifa, Chuky o Saymol. Tiene muchísimo dinero, nadie le discute nada, ya que saben que hay consecuencias", manifestó una testigo.

LOS LUGARES DE LA DROGA Y PROSTITUCIÓN

El entramado delictivo utilizaba varias casas y locales para sus fechorías y cambiaban de ubicación de forma habitual por el trabajo policial. Los fichados están en la calle Juan Español 14, Matachel 11, Melquiades Biencito 68, Felisa Méndez 37, Monte Igueldo 62, calle Peña Urbina, Tejar de la Pastora 1 o en varios narcopisos de la calle San Dalmacio, todos en la capital.

Su funcionamiento es similar. Una mujer de etnia gitana los regenta y junto a otro persona, generalmente magrebí, actúa de portero para dar seguridad al sitio y poder así vender allí cocaína y heroína proporcionada por miembros de un escalafón superior de la banda, varones que van de manera ocasional a esos lugares y responsables últimos de la venta de drogas y prostitución en los mismos, solucionando los problemas que surjan. Por allí también pasan de vez en cuando los captadores.

De todo lo expuesto, los investigadores concluyen en su informe que no se trata de hechos aislados o esporádicos, sino "fruto de una actividad criminal perpetrada por una misma organización criminal de personas de forma organizada y reiterada en el tiempo, utilizando idéntico plan preconcebido para la comisión de múltiples actos ejecutorios a lo largo del tiempo, con clara distribución de funciones, dirigidos de forma indiscriminada a un sector concreto de la sociedad", que son precisamente este tipo de adolescentes vulnerables.

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