Tribunales.- El presunto pirómano de Galapagar dice que el material incendiario que se le incautó era para jardinería

Sostiene que se desplazó a dos de los incendios para participar en su extinción por ser "una obligación con el medio natural"

Europa Press Madrid
Actualizado: martes, 13 noviembre 2007 16:13
MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

Galo Sebastián, acusado de provocar al menos 30 incendios en el perímetro comprendido entre Galapagar, Villalba, El Escorial, Colmenarejo y Torrelodones, negó hoy en el juicio que celebra la Audiencia madrileña contra él ser el autor material de los fuegos que arrasaron parte del Parque Regional del Río Guadarrama en agosto de 2005.

Cerillas, mecheros, cartuchos de gas, garrafas de gasolina, pastillas para hacer fuego y petardos son algunos de los elementos incendiarios que la Guardia Civil le intervino en el momento de su detención, el 31 de agosto. El procesado, que durante algunos años trabajó en un retén de Castilla y León, negó que este material fuera para provocar incendios y sostuvo que los utilizaba para sus trabajos de jardinería.

"Cualquier persona que no conozca los datos puede pensar que soy un pirómano. Pero soy jardinero y el combustible era para mis máquinas", expuso el procesado, que se enfrenta a una petición fiscal de cinco años de prisión y multa de 8.100 euros por un delito continuado de incendio forestal. Además, se solicita que indemnice a la Comunidad de Madrid con 1.925 euros por los daños causados en la Sierra madrileña.

El 'modus operandi' del supuesto incendiario consistía en acceder a zonas forestales y colocar métodos retardantes consistentes en una mecha en cuyo extremo había un bloque de cerillas y luego el conjunto era rociado con acelerantes. Otra veces optaba por situar un tubo de PVC con el polen de gramíneas en su interior, lo que retardaba la salida de la llama al exterior y así se gana tiempo en la huída, y acelerantes en su proximidad.

El fuego más importante se produjo el 6 de agosto en el paraje denominado 'Vedado de Las Monjas', en Galapagar, donde las llamas arrasaron unas veintidós hectáreas, de las que cuatro eran desarboladas y 17 arboladas.

"HAY UN INCENDIO, HAY QUE APAGARLO"

En su declaración, Galo explicó al jurado popular que le enjuicia que en agosto de 2005 se dedicaba a la jardinería, pero contó que años atrás había trabajado en un retén forestal en Castilla y León, labor que abandonó cuando se casó con su novia. Relató que desde los 14 años participaba en la extinción de los fuegos, al ser "algo habitual" entre los vecinos de Ávila, donde nació.

"Nunca me lo he planteado de otra manera. Hay un incendio, hay que apagarlo", indicó. Según su versión, acudió a los incendios que se produjeron en Galapagar el 3 y 9 de agosto, en la zona recreativa del Puente de Retamar y en la urbanización Molino de la Hoz, para participar en su extinción al ser "una obligación con el medio natural".

En ambos casos, se percató del fuego cuando se dirigía a algunos de sus trabajos de jardinería en la zona. Una vez allí, avisaba a la Guardia Civil y al retén forestal de Galapagar, donde trabajaba su hermano José Luis, a quien indicaba cómo acceder a la zona afectada.

Al margen de estos incendios, el encausado insistió en que los demás se produjeron a unos cuatro kilómetros de los lugares donde él se encontraba en esos momentos. No obstante, admitió ser un gran conocedor de la zona y del funcionamiento de los fuegos.

MECHAS ANUDADAS CON CERILLAS

Galo confesó que su interés por el fuego le llevó a desplazarse a los incendios de los días 3 y 9 para comprobar el tiempo que tardaba el supuesto pirómano en provocar el fuego y su "metodología" para ello. Así justificó al fiscal y al abogado de la acusación particular, que representa a la Asociación para la Defensa del Valle y la Sierra de Madrid, el que en su coche se localizaran varias cajas de cerillas con mecha, utilizadas supuestamente para retardar el fuego.

A preguntas del abogado Juan Manuel López Rubio, el acusado también trató de explicar por qué tenía más de veinte piñas secas en su vivienda de Collado Villalba, a lo que alegó que las guardaba para extraer los piñones para su hijo. Pero cuando se le especificó que estaban demasiado secas para ello, éste adujo que eran de su hermano.

Se le inquirió también sobre una lente y un equipo de mediación topográfica que se halló en su vehículo, los que eran utilizados, según la acusación popular, para avistar a la Guardia Civil desde lejos. "Me gusta ver bichos", replicó al letrado.

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