Vecinos de Chueca soportaron ruidos nocturnos superiores a los 80 decibelios durante las fiestas del Orgullo

Gráfico del ruido registrado en Chueca entre el30 de junio y el 7 de julio
EP/ASOCIACIÓN DE VECINOS DE CHUECA
Actualizado: domingo, 28 noviembre 2010 12:45

Presentan un escrito al Ayuntamiento para que multe a los organizadores del Orgullo Gay por conculcar su derecho fundamental al descanso

MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los vecinos del barrio madrileño de Chueca suportaron ruidos superiores a los 80 decibelios, permitidos de forma excepcional para las fiestas del Orgullo Gay, de forma prácticamente ininterrumpida entre el mediodía del 30 de junio y las 8 horas del domingo 4 de julio, y continuaron por encima del máximo de 65 decibelios durante el día y los 55 decibelios nocturnos hasta las 7 horas del 7 de julio.

Así se desprende de un estudio realizado por técnicos municipales a petición de los vecinos, cansados ya de pasar una semana sin pegar ojo durante las fiestas del Orgullo, al que ha tenido acceso Europa Press.

Según ha explicado el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Chueca, Esteban Benito, a Europa Press, se solicitó al Consistorio de la capital que "realizara un estudio acústico del impacto sonoro del evento", para lo cual se colocaron medidores en algunas viviendas del barrio.

"El gráfico, que recoge esos datos ya promediados, demuestra que claramente que se superó el límite excepcional de 80 decibelios, permitido de forma extraordinaria para este tipo de eventos, prácticamente de forma ininterrumpida, con picos incluso por encima de los 100 db en la plaza de Chueca", argumenta.

De hecho, el gráfico muestra que los picos máximos (por encima de los 95 decibelios) se registraron entre las 20 y las 00 horas del jueves 1 de julio y en el mismo periodo horario aproximadamente del sábado 3 de julio al domingo 4 de julio, la noche grande de los festejos.

Sin embargo, durante prácticamente las ocho jornadas analizadas el ruido superaba los 65 decibelios máximos permitidos por la legislación de forma continua, y tan sólo en la madrugada del martes 6 de julio y del miércoles 7 de julio se cumplieron los máximos nocturnos, fijados en 55 decibelios.

"El ruido llegó incluso a reventar los cristales de algunas casas más viejas en las que no hay doble acristalamiento", asegura Benito, comparando las cifras incluidas en el gráfico con, por ejemplo, los niveles de ruido que hay en el interior de una discoteca, que no superan los 90 decibelios.

Además, según las conclusiones del informe municipal, firmado por el director general de Calidad, Control y Evaluación Ambiental, Manuel Tuero, el 30 de julio de 2010, "los niveles medidos en algunas zonas, especialmente en la plaza de Chueca, son especialmente elevados, ya que se han registrado niveles de más de 100 decibelios que se mantienen durante algunas horas" mientras que "los niveles por encima de los 80 decibelios se mantienen hasta pasadas las 5 de la mañana".

Según el mismo documento, también se registraron niveles "especialmente elevados" en la calle Augusto Figueroa, mientras que en la plaza Vázquez de Mella, aunque se redujeron las afecciones con respecto a 2009 al no programarse conciertos, "la influencia de las actividades de las zonas cercanas ha hecho que los niveles en las tardes y noches del miércoles, jueves, viernes y sábado fueran también elevados, con niveles de más de 80 decibelios en algunas horas del periodo nocturno".

SE NEGOCIÓ CON LOS ORGANIZADORES

Todo esto ha ocurrido, además, a pesar de que los organizadores de las festividades del Orgullo y la Asociación de Vecinos se sentaron a negociar para intentar atemperar un poco el efecto que la fiesta tiene en el descanso de los ciudadanos.

"Se consiguió reducir el impacto un poco, cambiando algunos escenarios a otras zonas y reduciendo la actividad en el barrio, pero para (los organizadores) prevalece el interés comercial y, al final, el efecto fue prácticamente el mismo", se queja el vicepresidente vecinal.

Por ello, la Asociación de Vecinos de Chueca ha presentado un escrito a la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, sobre quien recaen las competencias en materia de disciplina medioambiental --lo que incluye la contaminación sonora--, para que se "aplique la ordenanza" a los organizadores.

En su escrito, los vecinos definen como de "extrema gravedad" lo ocurrido y piden que "se sancione a los organizadores" porque, a juicio de los afectados, esta situación "es una falta muy grave con reiteración" ya que "en 2009 también se midieron los niveles en algunos puntos del barrio y también se superaban los límites". Las multas por faltas graves van de los 12.001 hasta los 300.000 euros, según la ordenanza municipal.

Así, solicitan que "se abra un expediente sancionador por infracción muy grave contra la ONG Cogam, organizadores y responsables últimos del evento MADO, por superar de manera alarmante los niveles acústicos, con un grave deterioro del medio ambiente y con el agravante de reincidencia".

"Los organizadores del Orgullo Gay son una ONG que dice defender los derechos humanos. Pero nosotros nos preguntamos si el derecho al descanso en las zonas residenciales, que es un derecho fundamental de primer nivel recogido en la Constitución, no debe ser defendido", ha continuado Esteban Benito.

Así, ha insistido en que los vecinos de Chueca no están en contra de que la fiesta se organice en su barrio, pero aseguran no estar "dispuestos a aceptar que para que unos cuantos hagan negocio con un evento privado que se desarrolla en un espacio público se permita que atenten contra los derechos de otros".

"Nosotros tenemos el firme convencimiento de que un evento así no puede, ni por legalidad ni por ética ni por sentido común, celebrarse en un entorno residencial. Los niveles acústicos alcanzados incumplen la normativa y contravienen de manera muy grave los derechos y la salud de los vecinos afectos", ha concluido el dirigente vecinal.