Actualizado 26/06/2009 16:08

Innova.- Un estudio dice que 30 metros de distancia hace improbable la polinización entre maíz transgénicos y ecológicos

MURCIA, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

La investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), Arancha Gómez, presentó hoy en Murcia las conclusiones de uno de sus estudios, que puso de manifiesto que la polinización entre una cosecha de maíz transgénico y otra de maíz ecológico o convencional "es improbable a partir de 30 metros de distancia, cuando la posibilidad se reduce al 0,9 por ciento de las ocasiones, por debajo del umbral establecido por la Unión Europea".

Gómez participó hoy en las jornadas sobre 'El futuro de los transgénicos', que hoy reunió a expertos en la materia en un acto organizado por el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) en el marco del Foro de Biotecnología de Plantas de la Región de Murcia (BioMur) y con el apoyo de la Fundación Séneca-Agencia Regional de Ciencia y Tecnología, dependiente de la Consejería de Universidades, Empresa e Investigación.

Gómez apuntó que sus investigaciones se centran en comprobar si las medidas para evitar la polinización son las adecuadas. Para ello, llevaron a cabo ensayos de campo de durante tres campañas consecutivas "para ver a qué distancia son capaces de polinizar el maíz transgénico".

"Realmente, a los 30 metros encontramos valores por debajo del umbral de etiquetado de la Unión Europea, a partir de esa distancia no llega el polen, y reflejan valores del 0,9 por ciento, es decir, de cada cien granos de maíz, 0,9 tienen la posibilidad de que tenga transgénicos", según Gómez. "Si te vas alejando, es muchísimo menor el porcentaje, no hay riesgo de polinización, puede llegar a algún grano, pero muy por debajo del umbral", determinó.

En Europa, dijo Gómez, "sólo están autorizados cultivos transgénicos de maíz, y se les incorpora una proteína que es tóxica para una determinada plaga", algo que "sólo se aplica en zonas de riesgo de la plaga, que en España coinciden con el noroeste". "También hay zonas de la Unión Europea en las que tienen una moratoria, como Francia y Alemania, mientras no haya más estudios científicos", determinó.

El agricultor que quiere tener agricultura ecológica, "necesita unas medidas de aislamiento con respecto a los campos de trasgénicos, como mantener una distancia, poner plantas que funcionen como plantas que capten el polen y eviten la polinización, así como dejar espacios de cosechas o sembrar en épocas distintas para que no coincidan las floraciones".

JORNADAS.

La mesa redonda que hoy debatió sobre el futuro de los transgénicos, estuvo dirigida a alumnos universitarios, y alumnos de último año de carrera. Tradicionalmente, este encuentro "reúne a personas que vienen de distintos sectores para poner en común los distintos puntos de vista", según informó el investigador del CEBAS responsable de la organización del evento, Lorenzo Burgos.

Concretamente, a estas jornadas asistió la representante de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Lucía Roda, quien presentó en su ponencia "el control de riesgos en todos los experimentos que se realizan para controlar los riesgos que pudieran tener plantas modificadas genéticamente Y HACERLES UN SEGUIMIENTO".

Por último, también acudió el director de Operaciones de Pioner Hi-Bred Spain, Alberto Ojembarrena, quien aportó "la visión de su empresa, que ha sido uno de los líderes en el desarrollo y comercialización de organismos modificados genéticamente, y tienen que lidiar con las regulaciones europeas que, como se sabe son, quizá, de las más estrictas a nivel mundial".

Su presentación "intentaría quedarse al margen de si estos organismos transgénicos son buenos o malos, y entraría a demostrar que no son una típica multinacional, sino que están muy preocupados con el medio ambiente y que estos organismo generan en muchas ocasiones más beneficios que prejuicios, a pesar de la mala prensa que tiene", determinó Burgos.